1. TAREAS EDUCATIVAS 6


    Fecha: 13/07/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nada… 
    -Si hay algo que te molesta o no te gusta, me tenés que decir. No quiero hacer nada que no te guste. ¿Entendés? No has venido a pasarla mal. ¡Ambos la pasaremos muy bien! - Insistí.
    -Si, si, lo sé, me lo dijo Efi.
    -Entonces… ¿estás dispuesta a pasarla bien?
    -Si, claro. - Yo seguía besando. Subí por sus piernas, la pantorrilla, las rodillas. Así, poco a poco…, hasta llegar a los muslos. Le había subido la pollera, a la cintura. No opuso ninguna resistencia. Abrí sus piernas para llegar mejor… ¡y la vi! No llevaba tanga ni nada… Le debe haber dicho Efi, aunque no es demasiado práctico, porque las bombachas sirven para recoger humedades…
    
    Su cotorrita era una forma perfecta. Sin intrusos. Gorditos labios, de rosado color. ¡Estaba depilada! Eso también debe ser indicación de Efi. Para que yo la aprecie mejor. Como siempre, las conchitas se muestran primero en su forma y color…, luego en aroma. Y al final en sabor.  
    En la primera visión fue total. La pija se me había puesto más dura que un caño. Ximena no tuvo ninguna actitud de responder, tomar, acariciar. Totalmente pasiva. Espero que cambie.
    -¡Tu piel es puro terciopelo! - Con mis besos en sus muslos, llegaba poco a poco a la ingle.
    Había puesto su pollera sobre mi cabeza. Podía notar como aumentaba la humedad. Al fin llegué a la ingle…, y besé muy suavemente a sus labios externos. ¡El primer y pequeño estremecimiento! ¡Qué riquísimo aroma, que sabor! 
    No veía sus manos, pero no me tocaba. Cuando besé lo ...
    ... externo de su conchita, tendió a cerrar las piernas. Mi cabeza lo impidió, pero ella no la forzó. El instinto sexual funcionaba, por suerte. 
    Tomé sus muslos con mis manos, y fui más decidido a sus labios. Lamí de arriba, abajo. Besé y volví a lamer. Sentí como se relajó. Poquito a poco se entregaba. Lento, muy lento, la cosa funcionaba. Cuando introduje la lengua entre los labios, amplió la abertura de sus piernas. ¡Estaba participando! Llegué con la lengua al botoncito del clítoris. ¡Primer gemido! Por lo menos, lo que oí. ¡Si! ¡Es así!
    
    No había palabras entre nosotros. Varias lamidas a los húmedos y morados pliegues de los labios internos. Húmedos, muy húmedos. ¡Estaba en marcha! Busqué con la lengua la vulva y la introduje, muy poquito. Sentí un movimiento…, leve, ¡Estaba aceptando las caricias! Llevé las manos hacia los glúteos. ¡Tan suaves! 
    Allí fui. Sentí una de sus manos sobre mi cabeza, sobre la pollera. Apreté más y metí la lengua todo lo posible, hacia arriba, para llegar a la zona del “G”. Un leve gemido…, estremecimiento… Persistí en las caricias internas, y renové las caricias en los glúteos. La nena se movió para que mis caricias al culo sean más efectivas. ¡Le está gustando! Volví a acariciar con la lengua toda la humedad de los labios internos, y llegué nuevamente al clítoris. Ya no era un mero granito. ¡Había crecido! Yo no veía, pero sentí que estaba más grande, tal vez descapullado. 
    Nuevo estremecimiento. Insistí con las caricias de lengua. Fui con los ...