1. LA TÍA CARMEN. ¡M APRENDERAS A OBEDECER¡


    Fecha: 17/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: sumisso22, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... disculpé, aunque no eran muy sinceras las disculpas. 
    
    -	No quiero escuchar una sola palabra de tu boca. Esta vez has ido demasiado lejos. Me has desobedecido por completo. Te dejé bien claro que tienes prohibido tomar alcohol, te emborrachas y te conviertes en una persona indeseable, pero…….. te ha dado igual mis normas…. Las desobedeces una y otra vez. Y lo que le habéis echo a esa pobre chica…… ¿os creéis muy valientes tus amigos y tu ?... ¿os sentís orgullosos de humillarla ?... – La tía Carmen me reprendió con un tono de voz muy serio. 
    
    -	Lo siento, no era mi intención – Insistí en disculparme ante mi tía. No era sincera mi disculpa, más bien trataba de evitar su castigo, mi propósito era evitar su castigo, no estaba arrepentido de verdad.
    
    -	He dicho que te calles……. No se te ocurra volver a abrir la boca….. hoy vas a aprender a comportarte para siempre…te lo prometo  - Me recriminó ya que no me callaba y ponía escusas falsas ante ella.
    
    Me indicó que la siguiese. Sabía perfectamente a donde nos dirigíamos. Recorrimos un largo pasillo y bajamos unas escaleras de madera. Aquellas escaleras conducían al sótano de la casa. Abrió la puerta y me invitó a pasar primero. Nada más entrar contemplé su caballete de madera, su instrumento donde podía inmovilizarte sin poder moverte. Un objeto de madera de grandes dimensiones, un potro de madera elevado con muchas maderas cruzadas. Era como un potro de gimnasia pero realizado a mano con maderas solidas tanto vertical como ...
    ... horizontal  que cruzaban las cuatro patas que mantenían el potro.  
    
    Mi nerviosismo aumento. Conocía perfectamente su potro de madera o caballete. Tenía experiencias anteriores. Sabía que no podías moverte sobre él.  Intenté de nuevo evitar mi castigo, volví a disculparme falsamente por mi comportamiento. La tía Carmen hizo caso omiso de mis nuevas disculpas y cerró la puerta del sótano. 
    
    -	Te lo voy a decir una sola vez, inclínate ahora mismo sobre el caballete  - Me ordenó con un tono de voz muy duro. 
    
    A regañadientes comencé a colocarme sobre el potro. Coloqué  mi abdomen sobre la base de piel del potro y deslicé mis manos hacia adelante y mis pies atrás. Giré mi rostro y contemplé como  mi tía Carmen  sacó del bolsillo de su vestido unos guantes de goma de fregar. Aquella situación ya la conocía. Mi tía Carmen siempre y siempre, se enfundaba unos guantes de goma cuando iba a castigar a alguien, en este caso a mí. No la gustaba tocar con sus manos desnudas a nadie, siempre utilizaba unos guantes de goma de uso doméstico.  
    
    Comenzó a enfundarse los guantes de goma en sus manos. Aquello era el presagio de su castigo. Cuando comenzaba a colocar sus guantes en sus manos ya no había vuelta atrás, pero igualmente traté de disuadirla. Tenía una pequeña esperanza de librarme de su castigo.
    
    -	Lo siento Tía Carmen. No desobedeceré nunca más – Traté de disuadirla mientras ella continuaba enfundándose unos guantes largos de goma sobre sus manos. Los guantes producían un ...
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