LA TÍA CARMEN. ¡M APRENDERAS A OBEDECER¡ - Relatos Eróticos

LA TÍA CARMEN. ¡M APRENDERAS A OBEDECER¡

... crujido de goma. Sus brazos eran voluptuosos y la goma encajaba lentamente. La quedaban muy apretados a sus brazos y manos. Tiró del extremo con fuerza y metió sus dedos hasta el fondo de los guantes. 

-	Hoy va a ser un castigo especial. No aprendes….. Desobedeces continuamente. Te voy a enseñar a obedecer de una vez por todas. – Me recriminó  mientras continuaba nervioso. No había manera de disuadir su castigo. Terminó de ajustarse sus guantes a sus dedos dejando facilidad de movimiento en los guantes apretados. 

La Tía Carmen se acercó a un armario que había en un lado del sótano y agarró varios brazaletes de piel. Conocía aquellos brazaletes.  Se anclan en las manos y los pies y se anudan a las madera del caballete. Colocó uno a uno los brazaletes sobre mis muñecas y sobre mis tobillos. Los sujetó fuertemente apretados a mi piel y los cerró con la hebilla metálica. Realizando fuerza podría liberarme de sus brazaletes, pero ella era consciente. Colocó un candado pequeño de metal en cada brazalete entre la hebilla y el orificio de la madera. Cerró los candados uno a uno y cerró con llave los candados. Ahora no podría liberarme de los brazaletes de ninguna forma, estaban sujetos por un firme candado metálico cerrado por su correspondiente llave. 

Comencé a patalear, pero era absurdo, no podía escapar. Estaba inmovilizado sobre el potro. Mi abdomen sobre la base de piel y mis manos atadas con candados a las patas delanteras. Mis pies corrían la misma suerte, atados a ...

... las patas traseras del potro con su candado sobre los brazaletes de pie.  La tía Carmen se guardó las llaves de los brazaletes en el bolsillo de su vestido fuera de mi alcance. 

-	Suéltame…. Suéltame ahora mismo……. – Comencé a levantar la voz, no quería ser castigado, aunque me lo merecía.


-	Te lo he advertido muchas veces…. Sigues sin cerrar la boca…… vas a aprender a estar calladito….. – La Tía Carmen se acercó a mí. Levantó su vestido con sus manos enguantadas y comenzó a deslizar sus bragas grandes por sus muslos y piernas hasta sacarlas por sus pies. Contemplé como sus bragas blancas estaban muy sucias llenas de restos de orines y de su ano, un color amarillo y marrón. Las estrujó entre sus guantes y las hizo un ovillo. Se acercó a mí con ellas entre sus guantes:

-	Abre la boca ahora mismo – Me ordenó levantando la voz.

Observé sus bragas y deduje que quería meterlas en mi boca. Aquello sería humillante, sus bragas estaban muy sucias llenas de restos de su caca y orina. 

-	No… No….  No volveré a desobedecer- Traté de excusarme desesperadamente pero ya no había vuelta atrás. La tía Carmen atenazó mi nariz entre su mano izquierda enguantada e impidió pudiese respirar por la nariz, sentí el fétido olor de sus guantes de goma sucios en mi nariz. A los pocos segundos abrí la boca para respirar y apretó con dureza su mano derecha que sujetaba sus bragas sucias. Introdujo sus bragas en mi boca por completo. Apretó fuertemente y las empujó hasta que entraron por ...