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Los Panty de Dolores
Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... Con la conmoción del momento, volví al dormitorio. Lola estaba muy seria. - Debo irme –dijo gravemente. - Sí, vístete y subes mientras están fuera –le sugerí. - No Tomás… debo irme. Del todo –el tono era muy circunspecto. De pronto noté una punzada en mi interior y entendí. - ¡¿Qué?! ¿Qué quieres decir? –aunque ya lo sabía. - Tomás, esto tiene que acabar. Ha sido muy bonito. Pero no puede seguir. Soy amiga de tu madre… y esto está mal –explicaba mientras se vestía. - No, no, Lola… no tiene por qué enterarse… –noté que me estaba mareando. - ¡Pero qué coño dices! ¡Cómo no se va a enterar! Vienen a vivir aquí, ¡¿no te has enterado!? Tenía razón. ¿Por qué narices tenían que venir a vivir ahora a la ciudad? Vaya mierda. - Pero Lola… podemos seguir… –intenté argumentar, pero no me sentía con fuerzas. Mi mundo se desvanecía. - No Tomás; no se puede. Lo siento, porque te quiero mucho –decía Lola dirigiéndose ya a la puerta. La seguí desnudo y aturdido; de repente, en unos instantes, todo se había ido a la mierda. - Lola… –dije desde la puerta, mientras ella ya subía. - Lo siento Tomás –respondió desde arriba de las escaleras. Media hora después aparecieron mis padres, no sin antes haber avisado por WhatsApp. La conversación hubiera sido graciosa si yo no hubiese estado derrumbado. Me preguntaban entre risas que qué chica era, y los típicos comentarios de cachondeo. No expliqué mucho, y ellos me informaron de que volvían a la ciudad. - ¿Pero por qué? ¿Por qué ahora? –interrogaba ...
... yo. - Me aburro en el pueblo. Quiero volver aquí –sentenció mi madre–. Además aquí salgo más, está Lola… Por cierto, ¿qué tal está? ¿La has visto? Un miedo me asaltó, pensando que lo sabía. Pero era imposible, así que me tranquilicé y le respondí que sí, que a veces por la escalera. - Luego la aviso y tomo algo con ella –me informó. Así pasaron las primeras horas desde que regresaron mis padres. Pero al día siguiente, por la tarde, mi madre llegó a casa hecha una furia. - ¡Tomás! ¡TOMÁS! –gritaba. - ¿Qué pasa? - ¡Ya sé con quién estabas ayer! ¡LO SÉ TODO DEGENERADO! Había quedado con Lola y se lo había contado todo. No había podido reprimir los remordimientos, y había sido franca con su amiga. Mi madre estuvo a punto de darle un bofetón, según me explicó, pero se contentó con levantarse de la silla en la cafetería donde estaban, y supuestamente, retirarle la palabra de por vida. Mi madre exponía todo eso sofocada y furiosa. Yo aguantaba como podía el chaparrón, y mi padre ponía cara de circunstancias. Entonces intervino él. - Marisa, mujer, no te sofoques –empezó. - ¡¿Qué?! ¡¿CÓMO?! ¿Te vas a poner de su parte? –chillaba. - Mujer, tú misma eres ocho años mayor que yo –explicó mi padre muy tranquilo. - ¡¿Y qué?! ¡¿Y QUÉ?! - Y tu hermana Carmen, desde que se ha divorciado, no hace falta que te diga lo que ha hecho. Mi tía se había divorciado hacía unos años. Al poco tiempo, se juntó con un chaval al que llevaba dieciséis años. Sólo era dos años mayor que yo. Se habían casado y ...