SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA - Relatos Eróticos

SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA

... mamá. Danna puso la boca en la conchita de su hija y sorbió todo lo posible. No se separó hasta que no quedó semen dentro de Jazmín.
-Vamos chicos, vamos con mamá. – Danna nos solicitaba que le demos el espectáculo a Brigita.
-¿No nos bañamos? – Yo quería ir más higiénico.
-No, no, vamos así con olor a sexo, para que vaya entrando en ambiente, ¡jajaja! – Le divertía a Danna la situación.
-¿Por qué insistí en darle a tu mamá equívocas situaciones… sexuales., digo… ¿no?
-Ya te lo voy a explicar, más adelante… - Danna me habló despacito… al oído. – Pero…, creo que te darás cuenta…, en cuanto conozcas mejor…, qué clase de hembra es mi madre.
Las chicas se pusieron los baby doll y Danna me alcanzó su mínimo negligé.
-Pero… ¡me queda la pinga afuera! – La pequeña prenda era muy adecuada para Danna, pero a mí no me tapaba nada.
-¡Jajaja! ¡Así a la abu le da más gana! ¡Jajaja! - Jazmín es más pícara que la mamá.
Fuimos los tres a la cocina. Tenía a las chicas abrazadas por la cintura, una de cada lado. Mi pija se bamboleaba bajo el negligé.
-¡Aahh! ¡Veo que se divirtieron! – Brigita nos recibió contenta.
-¡Maravilloso mamá! 
-¡Grande abu! ¡La pasamos genial! – Jazmín dio su opinión. - ¡Nadie se perdió nada!
-Absolutamente… ¡no se perdió nada! – Danna confirmó las palabras de su hija. - ¡Jajaja!
	Seguramente pensó en que mi semen fue a su garganta.
Brigita no apartaba sus ojos de mi entrepierna, resaltada por la leve tela transparente de la prenda de Danna. 
Nos ...

... sentamos a la mesa. Danna y Jazmín en los enfrentados laterales. Yo en el lado entre ellas… y Brigita frente a mí. La mesa estaba muy bien servida y las supremas a la napo, con fritas, estaban exquisitas…

Conversamos sobre los trabajos respectivos, sobre las formas de vida y costumbres de la región de Brigita, nada que sugiera cierto compromiso personal. 
En un momento sentí “algo” que me tocaba entre las piernas. ¡Un pie de Brigita! La miré directa a los ojos. Ella respondió a mi mirada y sonrió muy levemente, a lo Mona Lisa…, y siguió hablando como si nada. ¡Seguía la conversación, y mantenía atención al movimiento de la pierna! Movía la pija entre los pliegues del negligé…, hacia arriba, hacia los costados… ¡Tremendo! ¡En un minuto la tenía al palo! Con los dedos del pie me acaricia el glande, los desliza por el tronco… ¡Me volvía loco!
Desvié la vista y bajé la mano… ¡y pasé las uñas por la planta! ¡No tuvo más remedio que retirarlo! Me tapé disimuladamente la boca para no cagarme de risa… Pero me pareció que Danna se dio cuenta de que algo pasaba…
 
Comimos un rico postre de dulce de lecha y chocolate, que Brigita había preparado a la tarde, y al fin, me levanté para bañarme y aprestarme para ir a la obra. Tal cual pasaba casi siempre en casa de Danna, “olvidé” la ropa en el dormitorio. 
-¡Por favor Jazmín! ¿Me traes la ropa?
-¡Si Dani, ya mismo! 
	Nunca fallaba. Terminaba de secarme cuando entró la nena al baño. No sé si lo habrá notado la abuela. Sin dudar, se ...