SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA 2 - Relatos Eróticos

SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA 2

... hacer la digestión. Algo así como una hora frente al televisor. Jazmín, sentada sobre mis piernas, eligió unos dibujos japoneses, muy bien hechos. A mi derecha estaba Danna, a mi izquierda Brigita. Como no tenía que abrazar a la nena, dado que ella se había acomodado muy bien sobre mi entrepierna, para sentir mi pedazo y que yo sintiera sus nalgas. Quedé con mis brazos libres. Una mano fue a la teta derecha de la mamá y la otra a la teta izquierda de la abuela. Esto era perfecto para mí, pues la pija se mantenía suficientemente erguida. No me va a costar nada hacerle ver a Danna, cuando estemos en la cama, lo caliente que me pone su interés en coger, además de tenerla preparada para que la mame. 
Mamá y abuela, acariciaban con sus manos los opíparos muslos de Jazmín. Si la nena no quería estar celosa o caliente, cuando yo cogiera con la mamá, no sé cómo lo va a lograr.
Luego fui al baño a ponerme cero kilómetro. También fueron Danna, Jazmín y Brigita. Supongo que para acondicionarse el culo, en consecuencia con lo que podría pasar. Cuando fuimos con Danna al dormitorio, Brigita abrazó a la nena y la llevó consigo. Bueno…, la abuelita le sacaría la calentura. ¡Para eso está!
No hicimos con Danna nada que no hubiéramos hecho antes, todo perfecto y agradable. Ambos nos complementamos perfectamente. Cuando ella quiere mamarla, lo que acostumbra a hacer ante cada cambio de postura, yo quiero que lo haga. Cuando lo quiere por el culo, yo también lo deseo. Su placer por la ...

... concha es también el mío, la cubana o los besos en el culo también son bienvenidos. Sus piernas abrazando mi cuello cuando la chupo, es adecuado para mis besos a sus muslos. Mis besos a sus pies es compatible con sus besos a mi culo. Todo perfecto, además de sus múltiples orgasmos que yo me ocupo de sorber. En la noche tuve la posibilidad de eyacular cuatro veces, una vez en cada orificio, y el último repitiendo en la boca. No faltó tampoco un buen y mutuo meo, en ambas bocas. Todo perfecto.

Al levantarse, Brigita ya había hecho el desayuno para hija y nieta. Una al trabajo, la otra a la escuela. Yo me quedé en la cama. No tenía más remedio. Me tenía que recuperar de la múltiple cogida con la mamita de Jazmín. Vinieron ambas a despedirse. Con besos y caricias. 
-¡No vayas a romperle el culo a la abuelita! - La pícara nena me habló al oído. No pude evitar reírme.
	Y claro…, eso era lo esperado. En cuanto se cerró la puerta, Brigita entró a la habitación desnuda, meciendo tetas y culo. Ni siquiera me saludó. Se subió a la cama y fue directo a la pija.
-¡Dame esa hermosa pinga, papito! – Pero no fue solamente eso. Se acomodó sobre mí, para un lujurioso 69. No demoró nada en humedecer la concha más aún de lo que la tenía, y me embardunó la cara. ¡No la esperaba tan pronto! - ¡Aguanta mi amor! ¡Quiero tenerte en todos mis agujeros!
-¡Apriétame la base fuerte! – Era lo que mejor me resultaba para no acabar.
	Es lo que Brigita hizo, pero sin dejar de mamar. Me dediqué a dejar lo ...