SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA 3 - Relatos Eróticos

SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA 3

... culo. ¡Nuevo orgasmo de la nena! 
Me coloqué para darle por la concha. Unos cuantos bombeos y la saqué para lubricarle el ojete. Si bien siempre lo tiene húmedo, quiero que sea lo más placentero. En el momento que fui a la mesita a buscar el gel, Jazmín se dio vuelta. 
-Déjame que te la chupo y luego le unto la pomadita. – A la nena le encanta embardunármela.  
-Dale, si, me gusta. - La nena me mamó levemente, ensalivando bien el glande y me lo untó, junto con el tronco. Luego le metí los dedos empapados en lubricante, lo más al fondo posible. Coloqué el glande en el centro del ano y presioné. Primero la cabeza, luego más, metiendo y sacando suavemente, hasta que estuve con la mitad del choto dentro. Allí embestí con todo. La ensartada fue total. Jazmín pegó un grito de felicidad.
-¡Sííí! ¡Asíííí! ¡Hasta el fondoooo!
Comencé con el bombeo. La nena me acompaña con sus caderas. Me inclino sobre ella a besar la espalda y abrazarla por la cintura. Voy con los dedos a sus pezones, luego al clítoris. Ella está bien apoyada con ambas manos cuando yo presioné. 
-¡Me corroooo! – La nena cada vez manejaba mejor los deseos y situaciones. Sabe bien cuando es un orgasmo o tiene ganas de orinar. Por suerte a mí me gusta todo y no hago distingos.
-¡Yo también! - Fue un cimbronazo en común. Nos tiramos sobre la cama. Seguimos estremeciéndonos, mientras mi pija palpitaba al compás de su recto. 
-¡Aaaahhhh! – Respiré hondo y me relajé.
-¡No me la saques! Deja que salga sola.
-Si, ...

... tesorito, claro… ¡Es tan lindo tener mi pija en tu culito!
-¿Te gusta mucho, papito?
-¡Muchísimo! - Cuando la tuve fláccida me apoyé en mis brazos para levantarme. Fui con la pija hacia la cintura, la espalda, reptando sobre ella. Acariciaba su piel con el glande. Llegué al cuello. - Date vuelta mi amor. Te la doy para para que chupes.
-¡Si! ¡Qué lindo! – Ávidamente, Jazmín la tomó con sus labios y lamió. Luego sus manos ayudaron a ponerla al palo y que toda ingresara en su boca.
¡Impecable! ¡Una cogida fenomenal! 
Luego de dejármela limpita y brillosa, le metí dos dedos en el culo, para que no chorreara semen. 
-Allí, en ese cajoncito hay pañuelos. Sacalos que te recojo el semen. - Se estiró, los agarró y me los dio. Limpié bien, en la medida que el semen escurría del ano de Jazmín.
-No lo tires. Dámelo que quiero chuparlo… En la próxima me tienes que acabar en la boca. Quiero beber tu lechita. ¡Me gusta mucho! 
-¡Será toda para ti! - Nos quedamos abrazados cerca de media hora. Cuando me pareció que estábamos recuperados… - bueno, en realidad, la nena se recupera en 10 segundaos… - le pedí que fuéramos a ducharnos… 
-¿Por qué? ¡Yo quiero más! – La nena me miró seria.
-Si, tesoro. Luego. Ahora vamos a cenar.
-¿Cenar? ¿Dónde?
-En un buen restaurante. 
-Pero no tengo ropa…
-¿Cómo qué no? Tienes la que te compré en la boutique donde fuimos aquel día…
-¡Si la llevé toda a casa!
-¡Sonsita! Ayer fui y le pedí a la señora que me diera las mismas medidas que tenía en la ...