¡CUANTOS AGUJEROS TIENEN LAS TRES CARABELAS! - Relatos Eróticos

¡CUANTOS AGUJEROS TIENEN LAS TRES CARABELAS!

... le haces a mamá! Y le metes la pinga en el culito para dormir. Quiero que hagas lo mismo. – La nena se acomodó, me tomó la pija con la mano y se la colocó en el ano. - ¡Empuja!
Reculó. Como todavía la tenía dura gracias a la pildorita que tome en la cena, la pija entró perfectamente. Jazmín siempre tenía el culito dilatado y lubricado. No sé cómo hacía, pero siempre estaba lista. Nos quedamos quietos.
-Papito… - Habla bajito, como si tuviera miedo de que alguien oyera. - ¿Vas a ir a invitar a la señora del octavo a que venga a cachar contigo?
-Si…, bueno…, pero no ahora.
-¿Mañana sí? 
-No sé, depende como esté. Tiene que darme bola, llevarme el apunte, que realmente quiera, tenga ganas. Luego de llevarte a la escuela, veré.
-¿Por qué a la escuela? ¡Déjame todo el día! – Jazmín estaba apoyada sobre el costado izquierdo, con la espalda totalmente apoyada en mí, y con la pija metida hasta el fondo. Se movía para que yo la sintiera bien…, y “aflojara” a sus deseos…
-No estoy en el día. Tengo que ir a trabajar. No te voy a dejar sola.
-Bueno, pero… vení a buscarme a casa. Le digo a mamita que quiero venir de nuevo.
-¡No tienes que dejar de hacer las tareas!
-Las hago en la escuela, a la tarde. Quiero venir de vuelta y que invites a la vecina. 
-¡Pero vas a estar vos!
-Yo no molesto. Te dejo cachar tranquilo. Yo solamente escucho y espío. Y… no sé. Si me gusta como lo hace, vengo como de improviso y me meto yo también. Depende lo que a ti te parezca. Pero quiero que lo ...

... hagas. Nunca vi cómo convences a alguien a cachar contigo. Te vi hacerlo con mamá, pero no sé cómo la convenciste. -  Seguía acostada, haciendo palpitar el recto. ¡Es una genia del sexo! 
-Tu mamá estaba convencida de antes. En cuanto me vio…, me relojeaba en el híper…, por eso fui a su caja…, además que me gustaba un montón…
-Si, lo sé…, me lo dijo. Pero en algún momento le debes haber dicho ¡vamos a la cama!
-No, para nada. Nos besamos y sin hablar, mientras nos desnudamos, fuimos a acostarnos. ¿Dormimos ahora?
-Si, papito, dale. - Por suerte nos quedamos callados y quietos. No tardé más de dos minutos en dormirme…, con la pija  dentro del culito de Jazmín.

A la mañana la dejé en la escuela. Fui a trabajar, como corresponde…, más vale. Está bien coger a las minas… ¡pero no me gusta que me mantengan! Aproveché el día y hacia las seis de la tarde me llamó Danna.
-Hola Dani, buenas tardes. ¿Estás bien y tranquilo?
-Si, ¡por qué?
-Y…, con el bicho que te llevaste ayer. Puede ser que te trastorne el equilibrio.
-¡Jajaja! ¡Si, justo! ¡Y quiere venir de nuevo!
-Si, me dijo…, media desesperada. La loquita no quiere desprenderse de vos…, bueno no…, ¡no quiere que tú te desprendas de ella!
-¿Y? 
-Bueno…, voy a dejarla otra vez…, pero si me trae de la escuela una nota baja, no te ve más!
-Me voy a ocupar que eso no ocurra… - Sin la menor duda no quiero perder a Jazmín. – Ahora voy a buscarla… Por favor…, decile a tu hija… que en el auto se “porte bien…” para no chocar… ...