¡CUANTOS AGUJEROS TIENEN LAS TRES CARABELAS! - Relatos Eróticos

¡CUANTOS AGUJEROS TIENEN LAS TRES CARABELAS!

... viaje a hacia las chicas.

Bueno, así las cosas, seguramente, por suerte, tendría algo nuevo en que ocuparme. El intento con la vecina deberá ser hoy. Increíble, desde que la vi por primera vez…, y nos cruzamos en el ascensor como veinte veces…, jamás intercambiamos números de teléfono.
No hubo otra. Respiré hondo y subí por la escalera al 8º, maquinando algún pretexto “solvente”. ¡Ni en pedo! ¡No se me ocurre nada! 
No pensé más y llamé. Algunos segundos y la puerta del dpto sé abrió. Allí estaba ella, hermosa, rozagante… y deseable. ¿Me esperaba…, o estará siempre así? Perfectamente maquillada, prolija y sensualmente vestida…
-¡Ingeniero! ¡Qué sorpresa! ¡Qué agradable sorpresa! – Recalcó “agradable”. ¿Tendrá razón Jazmín? ¿La doña estará ansiosa de acostarse conmigo?
-Si…, perdone… Enriqueta…, la molestia. – La hacía larga para pensar qué diablos le diría. – Yo… bueno… señora…
-No, nada de señora, para usted soy “Quiti” ¿si?
-Gracias. Yo soy “Dani”, así a secas…, bueno… no tan a secas…
-¿Cómo?
-Es… que… vine a invitarla a que me acompañe a beber algo… - No se me ocurrió otra cosa. ¡A triunfar o morir!
-¿Y la razón? – ¡Cagamos! ¡Quiere argumentos! 
-No…, nada…, o si…, nos reunimos celebrando que somos vecinos…, y que nos reunimos… - ¿Entenderá algo? - Para mí será un hermoso regalo…, “Quiti…”
-“Dani”, totalmente de acuerdo… Esperá, esperá…, - Se dio vuelta, dio dos pasos, tomó un pequeño bolsito marrón de cuero y vino hacia mí. 
-¡Vamos ya! ¿Bajamos por la ...

... escalera? - Opinaba como yo: más discreto por la escalera. 
No quise tomar ninguna aptitud de “avance”. Pero ella me tomó del brazo. Escalón tras escalón… Quiti giró hacia mí. 
-Dani…, me alegra mucho que me hayas invitado. – Me acarició el brazo. - Tal vez demasiado ansiosa…, o demasiado tiempo sola…
Yo le iba a decir que tan “sola” no, dado que visitaba el segundo. Pero no fui tan estúpido…
-¿Sabes Quiti? Ven cuando quieras. No toques timbre. Da tres golpecitos sobre la puerta. 
-¡Hablas tan “españolizado”!
-Es que tengo unos “amigos” peruanos…, que hablan muy bien el español.
-¡Claro! La nena…, tu “nietita” es peruana, ¿verdad? – Resalto lo de “nietita”. 
-Si, tienes razón…, la mamá y la abuela también. – ¡De una! ¡Qué sepa que hay competencia!

Ingresamos al dpto. A dos pasos, luego del hall de ingreso, está la sala. La conduje hacia los sillones. ¡Si hablaran! Los sillones…, digo…
Me senté a su lado. No morigeró la visión que me brindaba de sus muslos…, con la pollera tan arriba, pues… al ser apretada no había manera de mantenerla baja cuando se sentaba. Alevosamente sexi. ¡Bellísimos muslos! ¡Listos para morder, lamer y besar! ¿Será así?
-¿Qué deseas beber?
-Lo que vos bebas. Te “acompaño”, como dijiste…
-Si…, eso… ¿whisky, vodka, tequila?
-Lo que quieras… está bien para mí. Como no soy experta…, además de serme indiferente el gusto. Muy pronto estaré…, en fin…, como quieras. ¡No me importa cómo quieras! ¡Quiero acompañarte! – La intención es obvia… ¿o me ...