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El cumpleaños de la tía Eli
Fecha: 05/10/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Lman13, Fuente: CuentoRelatos
... daleee! ¡No te pareeeess! Seguimos así un tiempo más y se vino. Me enterró las uñas en la espalda me mordió entre el hombro y el cuello, se contrajo como la vez anterior en medio de pequeños espasmos y nuevamente sentí las contracciones de su orgasmo alrededor de mi verga palpitante. Yo me quedé casi a punto de venirme. Pero no me molestó no terminar. El espectáculo de su venida valió la pena. Cuando se relajó se zafó de mi verga dura como el mármol y se agachó a besarla con ternura varias veces repitiendo: - ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo! Dejó mi verga y se abrazó de mi cuello llenándome de besos. Volvía a sonreír. Esa sonrisa franca de niña le había vuelto al rostro. - ¡Pobrecito! No alcanzaste a terminar ¿verdad? - No importa… valió la pena. - ¡No sabes cuánto te amo! - Lo sé preciosa, lo sé. - No. No lo sabes. Y para que veas cuánto te quiero te voy a hacer tres regalos. El primero: ¿Ya te has cogido a alguna chica por el culo? Se separó de mí y se puso en cuatro ofreciéndome las nalgas. Volteando a verme me dijo: - Es tuyo mi amor. Mi culito es tuyo. Quiero que lo tomes y me lo perfores. Quiero que sueltes tus chorros de semen adentro de mi culito. - ¿De veras? ¿Me vas a dejar que…? - Es tuyo para que hagas con él lo que quieras. ¡Anda, toma tu regalo! - Esta sería mi primera vez así… no sabría que hacer… - ¡Todo lo que quieras! Me puse detrás de ella y empecé a besarle las nalgas mientras mi mano le acariciaba la panocha. ...
... Lentamente me fui acercando a su agujerito y empecé a besarlo. Con cada contacto sus nalgas se sacudían casi sin control y cuando saqué la lengua y empecé a lamerlo contrajo las nalgas y se dejó caer en la cama. - ¡Por Diooosss! ¡Qué ricooo! Volvió a ponerse en cuatro y abrió bien para permitir que continuara. Mi mano volvió a masturbarla y a jugar con su clítoris. Continué usando mis labios y lengua en su precioso agujerito rosa y cuando sentí que estaba ya muy mojada me coloqué en posición. Mi verga estaba más dura que nunca y aún mojada por los jugos de su venida. Apoyé el glande contra su agujero y el contacto la hizo sacudirse. - Sí nene, dámela. Déjamela ir… Se agarró las nalgas y las abrió dejándome ver el anillo de su culito estirado. Empujé levemente y la punta empezó a entrar. Pude sentir como se contraía y me retiré. - ¡Noooo! ¡Sigue, sigue! Volví a empujar y pude ver como su ano se iba abriendo conforme mi verga la penetraba centímetro a centímetro. Cuando estuvo toda adentro me quedé quieto para dejar que se acostumbrara a mi verga anidada en su culo. Luego, lentamente empecé a moverme muy suave al principio y fui incrementando la profundidad y la velocidad muy poco a poco. En algún momento empecé a sentir como se resbalaba con mayor facilidad y entonces aceleré. - ¡Sííí! ¡Dámela toda! ¡Bombéame el culo! Sus palabras llenaban mis oídos de lujuria, así como su olor y su sabor intoxicaban mi razón. No pude más y empecé a cogérmela como un ...