1. El cumpleaños de la tía Eli


    Fecha: 05/10/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Lman13, Fuente: CuentoRelatos

    ... poseído.
    
    - ¡Pártele el culo a tu primita nene! Anda dame más. Quiero que me lo llenes de lechita calientita. No te pares hasta que me hayas llenado hasta el borde con tu semen. ¡Penétrame duro hasta que no pueda caminaaarrrr! ¡Dale, dale! ¡Quiero sentir tus huevos azotando mi panocha!
    
    Seguimos así un rato más. Ana lo estaba disfrutando. De un momento a otro, había empezado a aventar su culo contra mí. Mientras una de sus manos movía con fuerza su panocha. No podía ver su cara, pero su voz era de indiscutible placer.
    
    - ¡Me vas a hacer venir por el culo! ¡Me voy a venir por el culoooo…!
    
    - ¡No puedo más Jess! ¡No puedo más! ¡Te los voy a aventar!
    
    - ¡Dámelos todos! ¡Échame los mecos en el culoooo…! ¡Pinche neneee ya meeee…!
    
    Empezó sacudirse otra vez con el orgasmo y yo solté mi carga dentro de ella. No cupieron todos mis chorros en su orificio. Entre las paredes de su culo y mi pene empezó a escurrir mi semen. Nos desplomamos en la cama y pude sentir como mi verga perdía su dureza y empezaba a encogerse. Finalmente se salió del maravilloso agujero de mi prima y nos volteamos boca arriba uno al lado del otro. Nos besamos fatigados y ella no dejaba de decirme que me amaba.
    
    Estábamos sudando y teníamos sed. Me levanté de la cama y le dije:
    
    - Voy por refrescos. ¿Qué quieres?
    
    - Lo que vayas a tomar tú nene.
    
    Y entonces pasó.
    
    Ella separó sus piernas y encogió una sobre la cama entonces pude ver cómo, de su panocha semiabierta, escurrían sus jugos y de ...
    ... entre sus nalgas apretadas, mi semen. Estiró los brazos y luego los encogió dejándolos a los lados de su cara, que estaba radiante, con sus pecas en los pómulos y una sonrisa de satisfacción como nunca había visto.
    
    ¡Estaba atrapado!
    
    …………..
    
    Seguimos cogiendo toda la mañana y parte de la tarde hasta que perdí la cuenta de cuantas veces nos habíamos venido. Acostados, sentados, arriba, abajo. Besos, abrazos, caricias, de todo… Hasta volví a penetrarla dos veces más por el culo. Nos quedamos dormidos en los brazos del otro en medio de los aromas del sexo y la humedad de nuestros cuerpos.
    
    Me desperté ya bien entrada la tarde y decidí que lo mejor era salir de allí antes de que la familia regresara. Ana dormía pacíficamente el sueño de los justos. Las sábanas la cubrían sólo una pierna dejando a la vista sus pechos cubiertos de esas pecas y sus preciosos labios vaginales, que en ese momento me parecían lo más caliente que he visto en toda mi vida. Sus pezones relajados, pero aun así proyectados más de un buen par de centímetros hacia el frente. Besé suavemente sus labios y me fui a mi habitación a darme un baño y a cambiarme la ropa.
    
    Estaba terminando de vestirme cuando oí como llegaban mamá, mis tías y mis primas a casa. Bajé y las saludé al tiempo que dejaban algunas de las cosas que habían comprado para la fiesta del domingo, sobre la mesa del comedor.
    
    De inmediato las miradas de todas se clavaron en mí. Especialmente las de mi tía Eli y su hija. Mi tía dejó lo ...
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