El cumpleaños de la tía Eli
Fecha: 05/10/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Lman13, Fuente: CuentoRelatos
... a hablar con ella yo también. Le hice una broma y se rio. Ella hizo una broma y yo me reí, nada más. ¡Ni siquiera sé su nombre!
Suspiré y le dije:
- Lo siento, no sabía que sólo ustedes tenían derecho a pasarla bien. Ahora, si me disculpas, tengo unos hielos esperándome en el bar.
La dejé ahí y caminé hacia la barra. Ella se quedó parada allí un momento y luego se encaminó a donde estaba Eli.
Al llegar a la barra le pregunté a la chica:
¿Aún están mis hielos aquí?
- Lo siento, fallecieron mientras te fuiste.
- ¡Diablos recuérdame no pedirte nunca que cuides al gato en mi ausencia!
Volvió a reír con ganas.
- ¿Doble?
- ¡Me encanta la gente profesional!
Levanté el vaso y bebí lentamente. No estaba borracho aún pero sí bastante mareado. Estaba en ese momento de perfecto equilibrio. Una copa menos y no sería tan divertido, una copa más y empezaría a cantar el Himno Nacional en ropa interior.
Volví la mirada a la fiesta y vi que Ana separó amablemente a Eli de sus admiradores. Hablaron un buen rato volteando a verme ocasionalmente e incluso rechazaron a un par de esos tipos que querían reiniciar la conversación. Volteé hacia mi bebida y un pensamiento gracioso acudió a mi mente. Mis primas no podían hacerme ningún reclamo como el que haría una novia celosa, por el parentesco. Del mismo modo, si quisieran venir a mi lado y abrazarme y besarme (para envidia y coraje de los demás), tampoco podrían hacerlo por la misma razón. “Tablas”… Lo ridículo ...
... de la situación hizo que me riera solo en voz alta.
- ¿Algo gracioso?
- ¿Eh?, nada, nada. Es sólo que me conté un chiste que no me sabía.
Ella se rio de nuevo.
- ¿Cuánto queda en la botella preciosa?
- Ya casi llegas a la mitad.
- ¡Perfecto! Pásamela por favor.
Ella me dio la botella y yo metí mi mano al pantalón para sacar un par de billetes que le dejé sobre la barra. Ella puso su mano sobre ellos y los empujó de vuelta hacia mí.
- Gracias, pero mejor no. Si Ramón se entera de que recibí alguna propina de ti o de tu familia, me corre.
Tomé los billetes y me estiré por encima de la barra para ponérselos en el bolsillo del chaleco sobre su seno izquierdo.
- Ramón tiene muy claro que me tiene que dar un trato especial, tú misma lo oíste.
Tomé la botella, un vaso con hielos nuevos y me encaminé a la playa.
Frente a la casa, en la playa, hay dos palapas con mesas y sillas. La noche había caído y las pocas personas que caminaban por la playa habían regresado a la fiesta. La escasa luz que había, venía de la casa a mis espaldas. Las palapas estaban vacías y me senté a beber mi miseria. El mar frente a mí era una enorme mancha negra pero el ruido de las olas podía escucharse con melancólica claridad. Atrás de mí se oían la música y los sonidos de las conversaciones. Después de unos minutos se escuchó una voz conocida.
- ¿Te vas a acabar la botella tú solo o puedo tomar un trago?
Jess se sentó en una silla a mi lado.
- ¿Trajiste tu propio ...