Padre le enseña a su hijo a follar - Relatos Eróticos

Padre le enseña a su hijo a follar

... mis pulgares. Sentí su gemido por todo mi pene, haciendo que me endureciera de nuevo. Abrí más su entrada y metí mi lengua, comiéndole el coño. Haciendo que dejara mi pene y gritara moviendo frenéticamente sus caderas. Tomé su cabeza y la bajé de nuevo a mi pene. Lo limpié profundamente mientras mi niño lamía mi pene y llevaba lo más posible dentro de su boca.
El estaba cerca, podia sentirlo en como su coño apretaba mi lengua. Pero al parecer no quería correrse así. Se levantó y se puso a cuatro patas a mi lado en la cama, moviendo sus caderas. 
- Papi ¿Puedo tener tu leche otra vez? Por favor.
- Aah mi niño, claro que si.
Dije, levantándose y alineando mi pene, frotando la cabeza en su hinchado ano, penetrandolo de un solo movimiento. 
La fuerza de la penetración hizo que sus brazos se doblaran y cayera sobre su mejilla, llevando sus manos atrás y abriendo su coño, queriendo hacer la penetración más profunda. Tomé sus caderas y empecé a empujarme en su interior. Veía como la ancha cabeza de mi pene abría su ano cada vez que salía casi del todo y cuando entraba. 
Mi niño solo gemía, a veces suave, a veces fuerte. Sin fuerzas para hablar, pero con las suficientes para haberme pedido que lo follara de nuevo. Mi pequeña puta. 
Le di lo que pidió mientras mordía la sábana y sus manos buscaban a qué aferrarse mientras abría su coño, separando la piel de su entrada con mis pulgares. Después lo tomé por los hombros y lo levanté, acostándome sobre mi espalda y el pegado a ...

... mi pecho. Tomé sus pezones y los jalé mientras seguía penetrandolo.
Gritó cuando se vino, aunque no tan fuerte como la vez anterior. Segui penetrandolo hasta que momentos después me corrí. Salí de su abusado coño. Lo acosté y comencé a limpiarlo lo más rápido que pude.
- ¡Mmmmmmm!
Estaba cansado, cuando terminé lo volteé para besarlo y darle mi semen. No abrió los ojos, solo sonrió y bebió. 
- Duerme mi niño.
Le susurré al oído. El no contestó, poco después estaba roncando. Fui al baño, me limpie y me acosté a su lado. 

A la mañana siguiente el despertó primero. Cuando abrí los ojos estaba acostado de espaldas y tocando su coño con una mirada preocupada. En cuanto me vió me preguntó.
- Papi ¿Qué le pasa a mi coño?
Yo me acerqué para ver el problema.
- ¿Que pasa mi niño, te duele?
- No. Bueno, si. Pero eso no es. Mi coño no se cierra. Mira, ¿Qué me pasa papi?
Lo vi y froté su entrada suavemente, tenía razón, mi pulgar cabría con facilidad. El gimió feliz a pesar de su preocupación anterior.
- No te preocupes. Es normal después de haber follado tanto ayer. Tengo una crema que te ayudará y mañana estarás mejor.
- ¿Mañana?
Dijo, mirándome con pena.
- ¿No me vas a follar hoy?
Con todo el dolor de mi corazón.
- Podemos hacer otras cosas mientras te recuperas. 
- ¿Aún podré tomar tu leche?
Sonreí mientras tomaba mi pene y lo acariciaba. Sonrió emocionado de poder jugar. Iba a tocarme pero me levanté, fui al baño por la crema y volví al cuarto, mostrándole. Sin ...