Ganas de toda la vida - Relatos Eróticos

Ganas de toda la vida

... desplazo hacia la izquierda, hacia donde tenía girada la cara y me posicione para ponérsela justo en los morros y en que la sintió tocar sus labios abrió la boca y me la empezó a chupar como nunca antes, estaba ansiosa, yo se la sacaba de vez en cuando ya que de lo contrario no podría aguantar mucho sin correrme, mire hacia el otro lado de su cuerpo y vi como meneaba la polla del negro cada vez con las ritmo, el estaba encantado viendo la situación y recibiendo una buena paja de una mano “amiga.

Ella no paraba de gemir y creo que en ese mismo instante tubo un gran orgasmo por la cadencia de sus suspiros y por como se retorcía de placer. Como estaba más cachondo que una mona, no desistí en mi empeño de penetrarla con los dedos y ella parecía que no tenía ganas de acabar todavía, con lo que llegados a esa situación,  me levante y fui a la cesta de playa que tenía la cartera y saqué un preservativo que siempre llevo por si las moscas, para mi sorpresa cuando la deje sola con el negro no hizo mención de dejar de menearsela, ella seguía sin soltar aquel gran manubrio de color marro oscuro, me acerqué al los de nuevo pero antes de agacharme de nuevo donde estaba antes le hice una señal al negro para que se levantase también, lo hizo y ahí quedó ella bajo nuestras lascivas miradas y nuestros rabos tiesos, que estando en esa situación me fijé bien y por cierto que el suyo era prácticamente el doble de grande que el mío, aquello tenía más de 25 centímetros y era muy gorda. Para no ...

... dejarla enfriar, me agache yo para seguir tocándole el coño, pero sin llegar a sentarme a su izquierda donde estaba antes, le hice indicaciones a él que se sentase ahí a su izquierda al lado hacia donde tenía girada la cabeza, aunque no se si verdaderante se percató lo que estaba pasando en ese justo momento, yo cogí mi camiseta que la tenía a mano y se la eché por encima de la cabeza para que si abría los ojos no viese quién estaba a su lado e incluso para que él no podría verle bien la cara a ella. Cuando se sentó le di el condon y le dije que se lo pusiese, sin dejar de masturbarla cada vez más fuerte de nuevo, le eche bien de crema y me dedique cada vez más abrir su culo, aunque le seguía hurgando los dos agujeros cada vez me centraba más en su culo, ya no valía meterle un dedo, estaba todo el rato alternándole 2 y 3. Ella movía el chulo como si acabásemos de empezar, la gusta mucho que la encule, ya sea con mi polla o con lo que sea, le gusta mucho el anal, en esas que él ya se había puesto el condon, bueno había hecho lo que había podido el hombre ya que no le cabia, estaba apretada, parecía un morcillon de Burgos, le insté a hacercase lo máximo posible a su cabeza y cuando su pollon está a pocos centímetros de la cara de mi mujer, se la volví a coger yo con mi mano y se la lleve hasta tocar los labios de ella con su capullo, ella al notarlo abrió la boca y sacó la lengua, le dio unas lametadas en la punta, creo que en ese momento pensó que era la mia, pero justo ahí en ...