Ganas de toda la vida - Relatos Eróticos

Ganas de toda la vida

... tenía acumulada y con tan solo unos movimientos me corri encima de mi toalla. 

Esto no hizo que yo bajase la intensidad de mis caricias a ella, ya que sus movimientos y gemidos seguían yendo a más y aunque lo normal al correrme hubiese sido parar ya ahí, no se porque, pero seguía tan cachondo que me atreví a dar un paso más, fue justo en ese momento que el me hizo señas a ver si la podía tocar, yo le negué con la cabeza y ademas le dije que no hablase con un gesto de silencio, si la tocaba, lo más seguro es que a ella no le iba a gustar y se acababa la fiesta en ese momento, había que ir más despacio, pero había decidido ir más allá con la situación tan morbosa que teníamos, con lo que entonces cogí el brazo derecho de mi mujer y se lo separe de su cuerpo acercándolo hacia donde estaba el negro, el se percató de la jugada y se arrimó un poco más a nosotros y ya cuando lo tenía a tiro apoye la mano derecha de ella en el gran pollon negro.

Ella no hizo ningún movimiento con la mano, la dejo estática, apoyada en el mango negro, pero no dejaba de mover sus caderas, metiéndose  mis dedos por sus agujeros, con lo que no vi rechazo a priori así que seguí dándole cada vez más ritmo y dándole buenos magreos a su clitoris que se que la pone al maximo, según iba pasando la situación puede ver como le había agarrado la polla, ya no solo la tenía apoyada, la tenía entre sus dedos y no la podía abarcar por lo gorda que era. Viendo que me seguía el rollo, me recline de nuevo y le di ...

... un morreo metiéndonos la lengua hasta la garganta, está claro que estaba muy caliente, aproveché para rodearla con mi brazo derecho hacia donde estaba el negro y llegué a tocar su mano con la polla agarrada y cogiéndole la mano empecé a moverla de arriba a abajo por aquel súper cipote, ella no se resistió al movimiento, parece ser que le había gustado la idea, solo le faltaba ese pequeño empujón para empezar a masturbarlo. A mi se me había vuelto a poner dura y me la tuve que tocar de nuevo pero como la mano derecha ya la tenía ocupada guiándole a ella sobre la polla de el, deje de meterle los dedos a ella, cosa que dio pie a que el negro me volviese a dejar entrever que la quería tocar, no me atreví de nuevo y le volví a dar la negativa por contestación moviendonla cabeza, pero como no era normal dejarla enfriar, deje de agarrarla de su mano con la se la estábamos tocando al tío y lleve la mía de nuevo a darle nuevos refregones por su dos agujeros, de esta manera tenía una mano metiendo todos los dedos en su coño y en su culo alternándolos y la otra haciéndome de nuevo una soberana paja. Estando así vi que ella ya estaba haciéndole una paja a el de manera autónoma, recorría su mano por aquel pollon inmenso. Volví a reclinarme ya que parecía que me quería decir algo, aproveche para besarla de nuevo, le pregunte si le gustaba lo que estábamos haciendo y me digo que si que estaba muy excitada y que no la veía pero que tenía una gran polla en la mano.

Estando ya en  esas me ...