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Mónica y Susana
Fecha: 05/10/2018, Categorías: Grandes Relatos, Autor: [email protected], Fuente: CuentoRelatos
... más, bajo aquel edredón. Disimuladamente Mónica le desabrochó el sujetador y liberó sus pechos, armoniosamente compuestos, ni demasiado grandes ni demasiado pequeños, Susana tenía un cuerpo divino, morena, labios carnosos, de expresión intensa, y en aquellos momentos se encontraba a total disposición de Mónica que comenzó a dibujar con sus dedos los pezones erectos de su querida amiga, la cual se mostraba receptiva y entregada a la impulsividad de su compañera, que tomando el control, se colocó sobre ella y con sus labios comenzó a sembrar de besos el torso de Susana; la recorrió con sus manos mil veces, hasta que se decidió a rozar levemente la entrepierna y temblorosa continuó, percatándose del grado de excitación al que había llegado gracias a las caricias de Mónica. Sus miradas se cruzaron una vez más, como si buscara el consentimiento en los ojos de Susana. Decidida fue bajando entre besos y caricias por aquel maravilloso cuerpo. Susana sentía el calor de las mejillas de Mónica entre sus piernas, sentía su aliento, sus labios aproximándose a su sexo. Lentamente aumentaba la presión que estaba ejerciendo con la punta de su lengua sobre el clítoris de Susana, y con movimientos varios se hundía más y más, percibiendo el goce de aquella escultural mujer que se contorsionaba, sintiendo cómo se agitaba y cómo pedía más, saboreaba cada lametón que le daba, y la sentía bajo su dominio, bajo su voluntad, el ritmo era frenético, la pasión inundaba el ambiente, el ...
... silencio de la habitación se veía interrumpido por los jadeos y gemidos de Susana, quien finalmente alcanzó un éxtasis que le hizo vibrar todo su cuerpo, estallando en una felicidad indescriptible. Temblaba de emoción. Mónica se sintió orgullosa al recibir un abrazo por parte de Susana, lleno de gratitud y complicidad. Acto seguido, Susana vio interrumpido su picaresco sueño con una llamada al timbre de la puerta, algo confusa se levantó de la cama, se había quedado dormida y no se había dado cuenta, y vaya sueño! Pensó. Se dirigió hasta la puerta y ojeó por la mirilla. Era Mónica... - Ey! Moni, que pasa? No pensé que fueras tú cuando escuché el timbre... -Bueno, es tarde y no me apetecía cenar sola, pensé que con un poco de suerte, te gustaría cenar conmigo. ( En realidad, había estado toda la tarde acordándose de ella, por eso no aguantó más y se fue a verla.) Entonces Susana se percató de que Mónica traía un par de bolsas con lo que parecía iba a ser la cena. Se agachó y la ayudó con una de las bolsas, y bromeando le dijo: -¿Si has traído la cena, supongo que también habrás preparado el postre, no? Jajajajajajaja Y Mónica le respondió con mirada pícara: -¿Tienes nata en la nevera? Aquí fue cuando Susana, sorprendida por la reacción de su amiga, se tropezó con el sofá, y ambas comenzaron a reírse de la situación. Mónica se apoderó de la cocina, repartió la comida preparada entre los dos platos, los metió al microondas y en unos minutos ya ...