1. NUEVOS AGUJEROS


    Fecha: 18/08/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nos besemos mientras la tiene adentro. 
    Yo estaba muerto de sueño. De cualquier manera la levanté, nos bañamos y la llevé a la escuela. Le avise a Danna que estaba allí, para que se quede tranquila. Me volví a la cama. Dormí hasta las 12. Hablé por teléfono a la consultora, preparé la ropa y camioneta y salí hacia el norte. Tendré más de 350 kilómetros. Por suerte, la mayoría es autopista. Solamente 80 kilómetros de ruta común. El pueblo es el típico de la pampa gringa. Lindas casas, no más de tres plantas, nada viejo, dado que es zona de muy buenas cosechas. La fábrica de aceite pondrá un gran movimiento a los casi 5.000 habitantes. 
    Me habían indicado un par de viviendas que atienden a pasajeros, como viajantes de comercio o visitadores médicos. Me quedé en una, pero no pensaba estar los seis meses allí. En las casas de familia no hay privacidad. En una familia eso no es posible. De cualquier manera el primer contratiempo fue leve: en vástago de una canilla del baño que tiene la habitación, estaba gastado por lo cual el goteo no me había dejado dormir. Más fácil que decirle a la familia que arreglen la canilla, sería que lo haga yo.
    Pregunté por la ferretería. Cerca, tres cuadras. En el pueblo todo estaba cerca. Fui caminando. Lo absurdo es que como todos tienen autos o camionetas, para llevar al nene a la escuela, a 200 metros, usan el vehículo. Y en lugar de caminar 200 metros, tienen que hacer cinco cuadras…, porque las manos de circulación de los vehículos, le ...
    ... obligan a dar la vuelta a la manzana!
    En fin, no fue difícil encontrar la ferretería. Lo difícil fue entrar, no por la gente, sino por las estanterías. Aparentemente, el local es bastante pequeño, y el dueño quiso poner de todo. Las estanterías con todos los productos…, todos, están por todo el local, antes del mostrador de atención, con una distancia entre ellas de no más de 70 centímetros, sin contar las escaleras, para llegar hasta los 3 metros de altura de las mismas. ¡No veía a nadie…, ni el mostrador!
    -¡Por acá señor! – una voz de niña me llamaba. ¡No sabía cuál era “por acá”! – Señor, hacia la izquierda. 
    ¡Hice caso y llegué! 
    El mostrador tendría dos metros de largo, uno 60 cm de ancho, algo más de 1,10 metros de alto, altura de picaportes. Las estanterías lo rodeaban. Atrás del mismo está una nena muy sonriente, una preadolescente de primeros años del secundario, una morochita de negro cabello, lacio y largo, ojos color vino tinto, óvalo perfecto, nariz respingada y boquita como un rojo corazón…, y… mucho más no vi, porque tapaba el mostrador.
    -Si señor…, ¿en qué lo puedo ayudar? – La voz es la dulzura total, y una sonrisa que no se borra. La sonrisa puede ser profesional…, pero en este pueblito sería tan rara…
    -Si… señorita. – Quería demostrarle que soy un “extranjero” bien educado. – Quisiera un vástago para una canilla. Este es el aparatito.
     
    Yo la había desarmado para comprar algo que sea igual.
    -Ah…, si… - La nena lo miró con atención. – Perdone señor, no ...
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