NUEVOS AGUJEROS 2 - Relatos Eróticos

NUEVOS AGUJEROS 2

Bajó, siempre sonriente…
-¿Esperamos a papá?
-Claro… - Ahora si fue tras el mostrador.
-Hola, buenas días… - El padre, un tipo de unos cuarenta, con el overol de trabajo. – Espero que mi hija la haya atendido.
-Si señor, perfecto. Buscó un vástago para canilla que me hacía falta…
-Papá, el señor viene a trabajar para construir la fábrica de aceite.
-¡Al fin! ¡Hace dos años que están dando vuelta con eso! Bueno, menos mal.
-Papi, el señor anda buscando casa para alquilar. Estará seis meses. ¿Lo puedo acompañar hasta la casa de la señora Clotilde? La venta está paga.
-No hay problema. 
-¿Puede ir ahora, señor? – Ella me lo preguntaba como si recién me conociera. – El ingeniero ya pagó. – Ofelia me había gratificado no solo con su compañía… Dos veces le dijo al padre que había pagado. No es así. ¿Una gentileza gratuita?
Salimos, muy correctamente separados. Yo la hubiera levantado de la cintura hasta la altura de la pija. ¡Cómo me calentó esta nena!
Dimos vuelta a la esquina. Ella ahora iba seria y callada. ¡Muy profesional! Nuevo giro y efectivamente la casa estaba prácticamente tras la ferretería.
-Acá es Dani. - La casa estaba muy linda, recién pintada, con un jardincito muy cuidado.
-La mantienen muy bien.
-Si claro… ¡jajaja! ¡Yo la cuido! - Abrió el portoncito del jardín, luego la puerta de la vivienda. - ¿Le gusta Dani? Muy sencilla, pero muy cuidada.
-Mucho, muy linda… Lo que más me gusta es que está cerca de donde vives.
-¡Jajaja! A mí también me gusta ...

... eso. Aquí vivía la directora de mi escuela.
-¿El secundario?
-No, no. La primaria? Recién este año empecé el secundario.
-Acá es escuela mixta ¿no?
-Si, pero solo hay tres chicos. Todos se van a la ciudad. Tal vez ahora si hacen la fábrica vuelvan algunos. – A Ofelia le desencantaba la falta de chicos. – Mire Dany, este es el dormitorio.
Fue lo primero a mostrarme. Interesada para que la vea.
-¡Que cama tremenda! – Realmente era una king size. 
-Si, es casi nueva. La “señora Clotilde” quedo viuda hace cuatro años. Apenas si la usó con su marido…, pobre… – Comentario bastante pícaro por parte de la nena. – Mire, ¡es buenísima!
Se sentó y empezó a saltar. 
-Parece que conocés la cama…
-¡Jajaja! Si, sin duda. – ¿Ofelia es inocente o súper pícara?
-¿Jugabas con algún chico? – Me lancé con todo. Por sus comentarios no creo que haya escándalo.
-¡Noooo! ¡Con la “señora Clotilde”!
-Parece que era muy mimosa… - Le seguí el juego. Me senté en el borde de la cama. Ofelia estaba arrodillada sobre sobre ella. Veremos en que termina.
-¡Jajaja! La tuve de directora desde el primer grado. Cuando llegué a cuarto tuve algunos problemas. La “señora Clotilde”, que recién había quedado viuda, me invitó a que venga a su casa, que me iba ayudar. Y así fue. Pero un día me empezó a hablar de su marido, que lo extrañaba.
-¿Te decía de que lo extrañaba?
-Si, claro. El señor era muy buen mozo. Bueno…, no se ofenda…, pero era muy parecido a usted. Si…, le gustaba a todas las mujeres del ...