Ya soy el puto del equipo (VII): Cena con hotel
Fecha: 06/10/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... suelo. En esa posición nos follamos uno al otro, luego de un breve descanso, nos la mamamos y volvimos a follar, yo penetré a Abelardo, le dolió más, pero igualmente lo disfrutó, nos besamos, acostados, de pie, bailamos tarareando, hicimos el idiota totalmente idos y disfrutándolo.
En todo el tiempo el míster ni se desvistió, ni sacó su polla por su bragueta. Incluso Abelardo se atrevió a hacer un par de fotos con su móvil, las hizo automáticamente y nos pusimos uno junto al otro, Gunnar no intentó ponerse con nosotros, se quedó sentado. Las hizo con temporizador para ponerse él y ya nos olvidamos de esas fotos. La verdad es que pasamos una noche feliz.
Llegó un momento en el que teníamos que ir a acostarnos y por supuesto a follar los tres en la cama junto con Gunnar. Así pues, nos fuimos a la habitación y sonó el teléfono de Gunnar. Contestó y puso cara de preocupado, esperamos que acabara de conversar y nos dijo:
— Hay problemas en mi casa y tengo que ir de inmediato, vosotros podéis quedaros aquí, y mañana, si no he venido, os vais cuando os parezca; no os preocupéis que todo está pagado.
Como ya estaba con el torso desnudo, se puso la camisa y la chaqueta y se despidió de nosotros con cara de preocupado sin darnos un beso siquiera. Nos dejó con mal sabor de boca y con desgana. Como ya habíamos follado bastante, decidimos darnos una ducha y marcharnos a mi casa. Desde la habitación llamé con el móvil a un taxi y, al que salíamos, me percaté que aquello no ...
... era normal.
— Abelardo, creo que esto no es normal, la cama de la habitación era individual, ahí no cabíamos los tres ni por compromiso. Creo que nos la ha timado el míster y hemos caído como unos cagones.
— ¡La hemos cagado, Doroteo, la hemos cagado! Este tío se emborracha viendo chicos follando y luego huye.
Nos duchamos rápido para lavarnos el semen de nuestro cuerpo, salimos de la habitación y, bajando por el ascensor serios por la preocupación, salimos a la calle. Pronto llegó el taxi y nos llevó a mi casa. Estaba esperando mi taita y se alegró de vernos, nos preparó un vaso de leche a cada uno para que nos acostáramos. Mientras tomábamos la leche en la cocina, nos dijo:
— No los veo muy contentos.
— Ya te contaré, taita, ahora estamos cansados.
— Buenas noches.
— Buenas noches, taita, —dijimos los dos a la vez.
No pudimos dormir mucho, conversamos qué podría haber pasado y si todo estaba preparado y nos había timado, nos tranquilizábamos, pero desnudos uno junto al otro, el mismo nervio nos impidió tener deseos de follar. Nos dormimos y despertamos tarde. Eran las 10 de la mañana cuando Abelardo tocaba mi hombro para despertarme. Lo besé, noté su erección y yo reaccioné. Le pedí que me follara sin más, aunque me hiciera daño. Me penetró de inmediato, no me hizo daño, no lo disfrutamos mucho pero el gusto de follar no me lo quita nadie, con lo que me gusta tener una polla dentro de mi culo. Nos fuimos a lavar y luego a desayunar. Tras el desayuno ...