1. “Tuyo hasta el fin de los tiempos”


    Fecha: 06/10/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... alma gemela, reflejado en el espejo de la vida.
    
    Urawan muy quedo al oído la seducía como siempre supo hacerlo.
    
    -Entrégate toda. Tangay. Entrégame todos tus rincones hasta el más íntimo, hasta el más escondido, hasta el más personal a quien a nadie has dado, entrégame tu pozo del deseo. Dame tu sitio desconocido, buscado y no encontrado. Déjame beber tú néctar que los dioses te han dado, tengo sed de él. Tú néctar es golosina para mí. Acoge mis arrebatos de deseo. Aplácalos. Déjame recorrer poco a poco palmo a palmo tu cuerpo, mente y alma. Recepta mi saeta cargada de fluidos de vida que busca su meta. Tu cavidad.
    
    Tangay con sus ojos zarcos medio cerrados dejaba salir lágrimas de amor y deseo. Su boca expresaba el deseo reprimido que quería salir a borbotones con gemidos de lujuria. Mis palabras la excitaban, cautivaban, encantaban. Tangay era nuevamente mía. La había hechizado con mis palabras.
    
    -¡Urawan!, mi Urawan. Deseo tus deseos. Abres mis deseos más íntimos. Tengo avidez de ti. Mi concupiscencia se exacerba. ¡Tómame toda! Me tienes para ti. Empótrame, embuteme, embébeme toda. Deseo alojarte, recibirte. Deseo acoplarme a ti mi macho hermoso. Deseo sentir tu falo ocupar toda mi interioridad. Deseo que me habrás toda hasta el rincón más secreto y cerrado que tengo. ¡Ábreme! Corazón hazlo.
    
    -Tangay, mi ser divino, eres única, insuperable, insustituible. ¡Tangay! ...
    ... Tangay de mi amor, eres mi ser mismo. Amorcito ya formas parte de mi alma, te has metido de una sola hasta el fondo de mí ser y de allí no saldrás jamás.
    
    Así nos recorrimos todo nuestra existencia, una y mil veces. Nuestras culminaciones culminaron la cima del deseo, nuestras polucines bañaron nuestros cuerpos. Nuestros espasmos se esparcieron por doquier. Nuestras intimidades eyacularon torrentes de deseo exacerbado, acalorado, exasperado.
    
    Los ojos de Tangay se llenaron nuevamente de lágrimas de gozo por lo vivido y de pena por la pronta separación inevitable que salieron de su madre para llegar como ríos hasta su sexo. Los ojos de Urawan respondieron también con abundantes lágrimas que salieron raudas a juntarse con las lágrimas de Tangay que se fundieron con los fluidos de su intimidad.
    
    Las parcas alegres danzaban entorno a nosotros complacidas por la orgía desenfrenada, por la lascivia extraviada. El festín erótico que ellas habían contemplado las había disipado.
    
    Tangay hizo todo lo que sabía y podía para adueñarse de mi mente y mi cuerpo.
    
    Esa fue la tónica del todo el fin de semana, copulamos millones veces, tuvimos orgamos infinitosm receptamos nuestros fluidos incontables veces. Nos amamos condelirio.
    
    Domingo por la tarde, nosotros y las parcas retornamos a la ciudad completamente felices por lo vivido. Nosotros nos decíamos:
    
    “Tuyo hasta el fin de los tiempos” 
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