1. Arrepentidos los quiere Dios. (Capítulo 51)


    Fecha: 07/10/2018, Categorías: Confesiones Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... lado de un amor, se me habían disipado como nube de verano.
    
    José Antonio, mi fiel José Antonio no me quitaba ojo, y me buscaba por todos los lados.
    
    --¡Tú crees que es normal qué desaparezcas con todo el lío que tenemos montado aquí! Me increpó.
    
    --Mi querido amigo José: Te bastas y te sobras para atender a todos estos conocidos.
    
    --Sí, pero el Presidente del Gobierno, el Delegado y otras autoridades, requieren tu presencia.
    
    --Tranquilo... tranquilo... Tonio (a veces le llamaba así) ya estoy aquí.
    
    --¿Quién ese cura al que has prestado tanta atención?
    
    --Una historia muy larga de contar; ahora no es momento. Vamos a seguir atendiendo a los invitados.
    
    Buscaba con la mirada a "mi obispo" y no le veía por ninguna parte; eran casi las tres de la madruga y sólo quedábamos el Marqués y yo. La mujer de José Antonio se le había llevado a la habitación.
    
    --Bueno Marqués, toca hora de dormir.
    
    --Te felicito Manolita, todo ha salido redondo, una fiesta para recordar de por vida.
    
    --Vamos a descansar, que ya está bien.
    
    --Sí, vamos.
    
    El día había sido duro, pero clarificador, el éxito del complejo estaba asegurado, las reservas eran del noventa por ciento de ocupación hasta Septiembre.
    
    ¡Qué gran idea tuvo José Antonio hace cuatro años!
    
    ¡Qué visión de futuro más privilegiada! Gracias a él, mi vida había dado un rumbo de ciento ochenta grados: ser la alcaldesa del pueblo que hace más de treinta años me denigró, y ser propietaria de unos de los hoteles ...
    ... más modernos del País.
    
    Me sentía muy satisfecha, apenas quedaban rescoldos en mi alma de la pureza del amor. Ese amor que con tanta ansia he estado buscando durante años.
    
    De pronto me acorde de Sergio ¿Dónde se habría metido que no le veía por ningún sitio?
    
    Estaba alojada en la suite nupcial principal, no podía ser otra forma, la propietaria soy yo, por lo tanto la primera en ocuparla, pero ¡dónde narices estaba "el novio"!
    
    ¡Joder que paradoja! Ocupar una suite nupcial sin novio. Me entró una risa estúpida. Cien metros cuadrados con piscina de hidromasaje y dos salones para mi solita. No sabía que hacer, si reír o llorar.
    
    Estaba a punto de que me entrara otra vez la neura, cuando escuché el ruido cómo cuando se descorcha una botella de champagne, y un burbujeo que provenía del baño ¡Coño! qué me asusté.
    
    Estaba en ese momento desnuda, precisamente a punto de darme un baño relajante, el día había sido agotador. Entré con cierta precaución (y algo de miedo) para ver de donde procedían esos sonidos; y la sorpresa fue mayúscula, dentro de la piscina de hidromasaje, con los dos brazos alzados por encima de los hombros; en la mano derecha la botella de champagne, y en la izquierda dos copas, estaba "el novio".
    
    En segundos pasaron por mi mente toda la película de los sucesos vividos con él: los dulces y los amargos. Pero prevaleció en mis meollos aquel día en que me "dio la comunión por vía rectal".
    
    Bien visto, en las circunstancias de mis últimos cinco años de ...
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