1. La noche de año nuevo


    Fecha: 09/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Kalinero, Fuente: SexoSinTabues

    ... entonces del aspecto tan poco femenino que había pretendido tener Rosa aquella noche. Algunas chicas parecían lobas mirándome. Pedimos un combinado. Se estaba bien. La música era muy agradable. Hablamos y nos reímos de lo que nos había sucedido. –Desde luego, aquí los tíos nos van a dejar tranquilos- Le dije, en broma, mientras me apuraba el combinado. Sin pedirlo, Rosa volvió a pedir que me llenaran el vaso. -El problema es que si no disimulamos, nos van a comenzar a asediar- Me dijo Rosa. -¿Y cómo disimulamos?- Le pregunté ingenuamente. -Pues tenemos que parecer pareja- Acerqué la silla a la suya, hasta estar las dos pegadas. Juntó su cabeza a la mía. Me dijo susurrando que mirara a una chica que había en frente. Me devoraba con la mirada. –¡Vamos a bailar!- Me dijo tirándome del brazo. En el bar ponían desde hacía rato canciones lentas. Algunas de las parejas se metían mano de forma descarada. Nunca había visto meterle mano una mujer a otra de esa forma. Rosa me agarró de la cintura, mientras me susurraba al oído –Disimula- Me sentí dirigida por ella mientras nos movíamos las dos con suavidad. Mi vientre se quedó pegado al suyo y sentía sus senos, atrapados en la dureza formal del sujetador junto a los míos. Yo también le agarré por la cintura. Era un momento excitante. Nunca había tenido otro momento igual con una mujer. Rosa metió su pierna entre las mías. Ahora estábamos las dos totalmente pegadas. Yo creo que no hubiera llegado a esa situación de no estar tan ...
    ... bebida. En mitad del baile me suelta –Te quiero- Y empieza a besarme la frente. Yo no reaccioné. Al revés, deseaba que siguiera. Me besó la boca con suavidad, y luego con intensidad. Me besaba dulcemente. Era embriagador. Fundí la boca con la suya. -Vamos a casa- Me dijo después de estar un rato besándonos. Nos fuimos las dos agarradas al coche. Nos volvimos a besar en el coche, antes de que Rosa lo arrancara. Esta vez, yo me quedé reclinada en el asiento y ella se abalanzó sobre mí. Me besó mientras me acariciaba el pecho por encima del vestido. Luego subió la falda de mi vestido. -¿Llevas las bragas rojas?- Me preguntó mientras deslizaba la mano por su muslo hasta mi sexo. Ella me había regalado unas bragas rojas preciosas, porque según una tradición italiana que se está extendiendo, empezar el año con unas bragas rojas da buena suerte. Abrí las piernas para dejar que me acariciara por encima del sexo. Abrí mis labios para dejar que su lengua penetrara en mi boca. Duró hasta que unos jóvenes gamberros aparecieron por la acera de enfrente. Rosa arrancó el coche. Me condujo a su casa. Vivía en una casa adosada en una urbanización de las afueras de la ciudad. Salimos del coche y esperé a que Rosa abriera la puerta de su casa. Empecé a temer por lo que estaba haciendo. Era verdad que sexualmente, la experiencia era muy gratificante, pero ¿De verdad quería ser la novia de Rosa? Me empujó suavemente hacia el interior de su casa. Ya la conocía. Era una casa con un gran salón y cocina ...
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