1. Lorenita de diechiocho años y su culito respingón


    Fecha: 02/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nada, y dejé, que se quedara con esa duda para que volteara en diversas ocasiones, eso me excitaba más.
    
    Terminó la película y ¡ oh sorpresa! Sus pezones se veía paraditos y ella estaba muy inquieta.
    
    -¿ quieres ver otra de éstas? – le pregunté tibiamente, con mi mano acariciando mi pene.
    
    -No, ya no, me da miedo- Contestó con un gesto infantil que casi me hace reir
    
    -No tengas miedo, eso que vistes lo vas a tener que hacer tarde o temprano y es mejor, si empiezas desde más niña.
    
    Le dio risa lo que le dije y no dijo nada más. Puse otra película porno, y ya la leche estaba que se salía.
    
    Se me ocurrió darle un éxtasis para excitarla, y hacerla mía, no pensaba en otra cosa que no fuera sexo con ella. Llevé a cabo, mi plan, y le di en proporción que no fuera a intoxicarla, sabía medir eso perfectamente. Se lo di en un vaso con coca cola sin que ella sospechara nada. A media película, empezó a dar efecto. Se veía acalorada, inquieta y de vez en cuando, se rozaba su conchita. Estaba que ya no podía de ver su carita de angelito totalmente acalorada, sus ojitos preciosos ya en un tono coqueto, o excitado. Me veía y clavaba su mirada en mi pene.
    
    No pude más, y fui al sillón donde estaba recostada con su short gris, su blusita de micky mouse, sin zapatos y con su cabello suelto que la hacían verse como una verdadera lolita, una belleza de pies a cabeza. En ese momento no cabía en mi cabeza que ella iba a ser mía, que iba ser el primero que le introdujera un ...
    ... pene e iba disfrutar de tal mujer, de tal niña, era demasiado poca cosa para una niña de esa magnitud.
    
    Llegué y le dije que si necesitaba un masaje, ella accedió rápidamente por lo que se dio la vuelta y dejó ante mis ojos ese culito que tantas veces poseí en mi imaginación. Me monte sobre su espalda sin dejarle caer todo el peso, y empecé a masajearla lentamente en los hombros, bajé mi mano por sus costillas. Traté de meter mi mano cerca de sus pechos y ella accedió, en ese momento tome sus pechitos que estaban duros y empecé a masajearlo como nunca había tocado a una mujer. Ella gemía y eso me sobre excitó, me recosté de tal forma que mi pene quedara pegado con el hoyito de su culito, y empecé a masajear sus nalgas con mi verga. Ella solo gemía imparablemente. Veía sus ojitos cerrarlos y abrirlos como si gozara increíblemente. Babee con mi lengua todo su cuellito, que estaba tan tierno que me emocionaba totalmente. Y me dispuse ahora si, a penetrarla hasta cansarme.
    
    Me paré de un salto y le dije que se parara también, así lo hizo, y comencé a quitarla la blusa, en ese momento sus pechos quedaron ante mi mirada, eran blanquitos, como volcanes muy paraditos y con unos pezones color rosa. Se los lamí , me atoré en ellos hasta saciarme, pasaba de un pechito a otro y me alucinaba más. Bajé mi lengua hasta el ombligo le quité el short y empecé a besarle las braguitas, oliendo ese chochito tierno, húmedo y virginal. Era increíble, le quite las bragas y empecé a mamárselo ...
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