Por fin he nacido
Fecha: 10/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: moisesx, Fuente: SexoSinTabues
Acabábamos de tomar una ronda de cervezas por la zona de copas cercana al barrio. Miguel y yo estábamos en ese punto de felicidad previo a la borrachera. Habían caído unas cuantas cañas, lo que unido a la gran cantidad de mujeres hermosas que disfrutaban de las primeras horas de fin de semana, nos contagió un agradable estado de euforia. Paseamos a lo largo de varias calles, en ese estado de semiinconsciencia, extasiados en la contemplación de los bellos cuerpos que se cruzaban ante nuestra vista. Caras joviales de hermosas mujeres, cientos de voluptuosas tetas y esplendorosos culos ajustados bajo la tela. Decidimos entrar al "chino" que había poco antes de llegar al piso de alquiler donde la empresa nos alojaba durante unos meses hasta completar la obra en la que trabajábamos. Allí compramos unas latas de cerveza y algo para picar y acabar la noche viendo televisión. Miguel era un hombre de 64 años, cercano ya a la jubilación. Su vida desordenada y su costumbre a habitar más en los bares que en su casa provocó que su mujer lo abandonara cuando sus dos hijos se emanciparon. Era un desastre físico de un metro setenta aproximadamente, vestido desaliñadamente y adornado de una voluminosa barriga cervecera. No debía haber sido feo de joven, pero una vida de borrachera y las incremencias en la obra habían marcado su rostro; además cuando reía, exhibía al público una dentadura en la que faltaban la mitad de las piezas y la otra mitad estaba negra por el tabaco, el alcohol y el ...
... café. Su olor corporal distaba mucho de ser agradable, la falta de higiene y el excesivo sudor que la actividad física le producía imprimían en él un peculiar olor, que aunque no llegaba a ser nausebundo, sí era fuerte y penetrante. Cuando llegamos arriba pusimos cómodos, nos quitamos la camiseta y nos sentamos en el sofá para ver la televisión. Miguel dejó al aire su enorme barriga. Nos abrimos unas bolsas de snack y dos latas de cerveza, y comenzamos a recapitular los episodios de la tarde: - !Joder que coño tenía la rubia de rojo! ¡ Era preciosa! - Me hubiera gustado meterle toda la polla hasta correrme dentro! - Me imagino metiéndola por el culo, agarrado a esas cachas y gritando de placer mientras te comía el rabo! - Con la pinta de guarra que tenía, debía follar como una loca. Comentarios de este tono amenizaban la charla y llenaban nuestras ebrias bocas de sueños imposibles. Entre comentarios, tragos de cerveza y risas transcurría la velada. El contenido televisivo verdaderamente dejaba mucho que desear. En un momento dado Miguel propuso poner una película porno, la conversación comenzaba a decaer y la programación no llamaba la atención. Así que dicho y hecho: Rocco follando una espectacular rubia, explorando todos sus agujeros con la descomunal polla. Ella por su parte, le correspondía limpiando el aparato y bebiendo el ansiado néctar de la vida. La verdad que me estaba empalmando. - Qué pedazo de polla tiene el tío! - Comentó Miguel - No está mal, pero algunos la tienen ...