Por fin he nacido
Fecha: 10/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: moisesx, Fuente: SexoSinTabues
... otra vez de un tirón de pelos y volvió a besarme. Nuevamente nuestras lenguas se enlazaron en el miasma que eran nuestras salivas. Yo gozaba, sintiendo al mismo tiempo su mano recorrer mi espalda hasta llegar al ano. Allí introdujo uno de sus dedos sin preparar mi esfínter. El dolor subió por la espina dorsal, pero fue acallado por su lengua en mi boca y su otra mano en mi nuca apretando. Sin más remedio sufrí la violación en un forzado silencio, aunque a medida que bombeaba el placer sustituía al dolor. Era su esclavo y asumía mi condición, y comenzaba a disfrutar de ella. Sin más preámbulo me liberó de sus cadenas y se acomodó a cuatro patas en el sillón, me ordenó que me acercase y limpiara sus huevos y su ano con mi lengua. Obedecía sin voluntad de resistencia, así que me situé detrás y acerqué mi boca, primero a sus blanditos huevos saboreando sus textura, y después a su ano. Tenía restos de mierda en costra que yo con dedicación limpié, inmune ya a los reparos, sintiendo el calor que por el orificio emanaba. Ni el olor ni el sabor me eran ya repugnantes, formaban parte del entorno y tenía que disfrutarlos. Al sentir mi húmeda lengua en su agujero comenzó a gemir como un perro pidiendo más. Yo abrí sus cachas e introduje más a fondo mi lengua, palpando con la punto un trozo de materia más viva. Sus jadeos eran cada vez más evidentes, evidencia de un placer inigualable. Se dio la vuelta, me agarró por la caderas, me puso a cuatro patas sobre el sofá. Volvió a meter ...
... bruscamente un dedo en mi ano como si quisiera darle de sí. Volvió a sacarlo, acercó la enorme polla a mi esfínter, acarició suavemente con ella la entrada y de una poderosa embestida introdujo todo el aparato hasta los huevos. Me sentí partir en dos y esta vez sí, no pude reprimir un alarido de dolor. Fue consciente de ello y tapó mi boca al tiempo que culeaba poderosamente dentro de mi. El destrozo dentro era brutal, sentía su polla hasta el estómago y su respiración y saliva en mi espalda. Sus gemidos eran alaridos de pasión y lograban acallar mi obstruido grito de dolor. Su locura era cada vez mayor, yo sentía entrar y salir su falo a un ritmo frenético. Me rompía y no podía quejarme, me sentía lleno por dentro y dolorido, pero empezaba a disfrutar ayudando sus embestidas con mis movimientos de cadera, intentando no sentir el dolor. Sentía el hálito de su aliento en la nuca y la caída húmeda de su mucosa en mi espalda y los pollazos cada vez más salvajes en mi culo. Ya había roto todo lo que podía obstruir su entrada y se acomodaba dentro con más facilidad. - uufff! Hijo puta. Te voy a destrozar. Voy a hacer de tu culo un coño y serás siempre mi puta. Casi al borde del desmayo, resultado del placer y el dolor, sentí como sacó el pollón de mi culo, me volteó y de otro certero pollazo volví a sentirme callado y lleno por un paquete macilente de carne aderezado de lefa, mierda y sangre. Otra vez me llevó al borde de la asfixia mientras volvía a follarme por la boca hasta que sentí ...