APARECIÓ MARYÁNGELES - Relatos Eróticos

APARECIÓ MARYÁNGELES

Lo siento mi amor, pero tengo que ir a la obra.
-No dejaré de venir nuevamente. – Las palabras de Florencia parecían definitivas.
-Por supuesto. Estaré “siempre listo”.
	Estuve todo el día en la obra. Por ahora no me va a agarrar un ACV de tanto coger. A eso de las siete de la tarde hablé con Etelvina.
-Hora tesoro, estoy de vuelta.
-Bárbaro, te mando a Maryángeles…
-¿Maryángeles?
-Si, claro, la mayor. Te dije que anoche estaba con cuatro tipos en una chacra, pero hoy está libre, además tiene muchas ganas de verte. – La mina que según Ofelia, es la más linda del pueblo, la región, la provincia…
-Está bien, a las 10…
No la iba a esperar en la calle. ¡Qué no se mal acostumbren!
Maryángeles es tan hermosa como había dicho Ofelia. No sé si la más hermosa de la zona o la provincia, pero si muy hermosa. Rostro y cuerpo perfecto, de una morocha criolla de perfecto perfil. Inmensos ojos negros y cabello azabache hasta la cintura. No sé si por la edad o la experiencia, o por cuestiones de “prestigio”, no se me tiró encima…, para nada. 
Nos sentamos en el sofá de la sala. Su cortita pollera no cubría ni la mitad de sus muslos. Los piecitos, graciosamente protegidos en un par de muy livianas sandalias, lucían con uñas pintadas de rojo, como los labios y las manos. Todo era perfecto. Una hermosa blusa de tela muy fina y enjoyada por volados, resaltaban los perfectos conos de las tetas. 
-Me dijo tu mamá que estuviste muy ocupada, ¿no? – Que se entere que no soy un ingenuo ...

... caballero, que busco una mina nada más porque esta buena.
-Y, si… Cada una tiene su trabajo…
-¡Vos sos la más solicitada!
-¡Jajaja! ¡Hay que ganarse la vida! – Maryángeles hablaba como si su “trabajo” fuera de lo más normal.
-Tu mamá me dijo que tienes quien te mantenga…
-En una noche de trabajo, gano más que él en una semana. 
-Ahora… ¿tienes tiempo o estás muy ocupada?
-Para nada. Toda para vos, todo el tiempo que quieras… - Estamos tranquilamente conversando en el sofá de la sala de estar. Maryángeles pasó una mano, muy suavemente, sobre mi muslo. - Tanto mamá como Florencia, me dijeron que es muy grato estar contigo, día y noche, noche y día, todo el tiempo…, ¡y puede ser poco!
-Agradéceles de mi parte la amabilidad…
-Y…, bueeee…, quiero comprobar si es cierto… - ¡Y es así, siempre! ¡La mujer toma la iniciativa! Me acercó el rostro a su boca. El beso fue dulce, tibio, húmedo. – Dani…, creo que tienen razón… Mamá y Florencia saben mucho de estas cosas.
La abracé y acaricié su espalda. Si ella es tan “compuesta”, supongo que tendrá su “tempo”… Se paró. Hice lo mismo. Nos abrazamos para un beso de otro carácter. ¡Ardiente beso de lengua! ¡Estábamos en curso hacia las intenciones de ambos!     

Maryángeles se puso en cuclillas, comenzó a bajar mi pantaloncito. Tremendas ganas cuando sus manos liberaron la pija, pues semejante palo se había “trabado” en la tela, ni te cuento cuando sus dedos aferraron el tronco. 
-¡Qué hermosa es! ¡Sin prepucio se ve más hermosa! ...