1. Mi primo y su amigo australiano me follan en un barco velero


    Fecha: 18/09/2023, Categorías: Incesto Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos

    ... Porque no veo que lleves condones, salvo que tengas alguno atrapado en la raja del culo.
    
    Dylan reía mientras observaba como me levantaba de la roca y me colocaba a cuatro sobre ella.
    
    —Nacho tiene una sorpresa para ti esta noche— confesó Dylan mientras se abría camino en el coño—. Yo pensaba dedicarme a pescar mientras estuvieras en el camarote con él; sin embargo, me gustaría participar ahora que hemos roto el hielo y conozco tus excitantes gustos.
    
    Me chocó que mi primo le contara que me gustaba estar atada a la hora de follar. El muy tonto se creyó mi embuste desde el primer momento y esto derivó en mi propio beneficio. Dejando esto apartado en mi mente, me puse super cachonda con la idea de que los dos me dieran de lo lindo por la noche, y grité de gusto cuando se aferró a mis caderas con las manos, separó las nalgas con los pulgares y comenzó a follarme, al tiempo que tiraba y empujaba mi cuerpo para acrecentar el ritmo y la potencia de las embestidas. Aproveché la situación para preguntar cuál era la sorpresa, pero Dylan me pidió paciencia añadiendo que era demasiado curiosa.
    
    Desistí de buscar respuestas y me concentré en el placer que me daba, así durante un ratito hasta que, gimiendo y gritando como la golfa que soy, me vino un orgasmo que me dejó exhausta.
    
    —No es lo mismo que correrse en el coño —le dije todavía jadeando—, pero puedes terminar en la boca si quieres.
    
    Dylan aceptó visiblemente feliz y me siguió follando unos minutos más hasta que, con ...
    ... la voz apagada, avisó que se venía. Rápidamente me senté con la boca abierta y esperé mientras se masturbaba delante de ella. Segundos después soltó un chorro que me cruzó la cara desde la barbilla hasta el entrecejo. Busqué mayor precisión acercando más la boca y recogí en ella otras dos descargas. Luego tragué el esperma, limpié el capullo con la lengua y me relamí los labios.
    
    El polvo con Dylan había sido una pasada, pero yo tenía ganas de más y mi primo me lo daría sí o sí. Con esta idea pedí al australiano que me diera un rato, que hiciera cualquier cosa menos subir al velero.
    
    Encontré a Nacho en el interior anotando datos en un cuaderno. Supuse que guardaban relación con los instrumentos de navegación.
    
    —Acabo de follar con el rubito y quiero que sepas una cosa —solté sin más, suponiendo que no había visto nada—: la próxima vez que me prepares una encerrona para que un amigo tuyo me joda, sería todo un detalle que me informaras de ello, más que nada para no parecer una estúpida.
    
    —No pretendía ser tan descarado. —Nacho no mostraba signos de arrepentimiento—. Pensé que sería mejor que surgiera algo entre vosotros. Sabía que tú le gustabas y presentía que él a ti también.
    
    Lo vi de este modo y tenía razón. Entonces escuché pasos por cubierta y Nacho me sobresaltó empujándome sobre la cama del camarote. Luego me forzó para quedar arrodillada en el suelo y el torso acostado en la cama, quedando el culo a placer para él. Yo no podía moverme porque me empujaba la ...
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