1. Diario de un Prisionero III: la calma antes de la tormenta


    Fecha: 11/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... giratoria. Pero no siguió gritando, le susurró algo al oído a tu madre que le contestó con una de sus miradas que dices que usa para mandar a alguien a la mierda sin tener que hablar y tu padre se volvió y te dijo que lo perdonaras, pero que era algo difícil de asimilar, que le dieras tiempo, que no te odiaba, pero no podía aceptarte, así como así, necesitaba pensarlo un poco. Me dijiste que te fuiste corriendo a tu habitación y justo viste que te llamaba y me contestaste. Te conté lo que pasó con mis padres y te animaste bastante. Mañana cumplimos dos semanas de amarnos y me prometiste un regalito, estoy ansioso por saber lo que tienes para mí, sólo me pediste que averiguara si te podías a quedar a dormir en casa; mis padres, como siempre, se irían fuera toda la semana en una de sus interminables giras, así que era yo quien tenía que darte permiso y no me atreví a negártelo, todo solucionado, nos deseamos las buenas noches entre promesas de soñar el uno con el otro y colgamos. Medio segundo después recibí un mensaje tuyo: “no puedo vivir sin ti, mi Pablo, velaré tus sueños esperando verte mañana, te amo con todas mis fuerzas. Andrés”. Me derretí y me sonrojé, pero no me importó porque nadie me veía, me di una ducha y me acosté, aunque lo que menos hice fue dormir pensando en ti y en cuánto te amo.
    
    Tuyo de corazón,
    
    Pablo.
    
    −−−−−−−−−−−−−−−
    
    A San José, 11 de abril
    
    Mi amado Andrés,
    
    Anoche dormí fatal, incluso terminé haciéndome una paja pensando en ti, pero ...
    ... nada sacaba de mi cabeza la inquietud por la sorpresa que me darás hoy… por lo pronto, bajé a la cocina y desayuné con la nana y le dije que por favor preparara más comida porque tú vendrías a comer y además quería que ella y Sergio comieran con nosotros, por primera vez en mi vida, oí a la nana protestar por algo, dijo que justo hoy que ella también tenía visita se me antojaba pedirle de favor que almorzara con nosotros. Me quedé perplejo, la nana nunca había refunfuñado por nada y menos de esa manera, pero entonces Sergio, que había estado muy concentrado en su cereal, me aclaró las cosas: ayer, después de que nosotros hablamos con ellos, él habló con la nana y habían invitado a Julio a almorzar con ellos.
    
    Mi risa no pudo ser más pura ni más cálida ni más… sincera. Le pregunté a Sergio si tenía algún problema en presentarles a Julio a su hermano y a su cuñado y como este se negara, se resolvió el dilema de la nana, con lo que se puso contenta, como siempre, y hasta preparó lasaña, mi comida favorita, quería que fuera un almuerzo especial para todos y sabe que esa comida le queda especialmente bien y además se esmeró demasiado, la casa olía a gloria cuando llegaste. Poco después llegó Julio y ya estuvimos todos para comer. Julio sabía muy bien que yo era “el jefe” por lo que no le sorprendió que me sentara a la cabecera de la mesa, pero nunca se esperó que la nana ocupara el puesto de honor y otra de las domésticas se encargara de servirnos, para él eso era nuevo, no por ...
«1234...10»