1. Diario de un Prisionero III: la calma antes de la tormenta


    Fecha: 11/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... Pero tú de pronto te diste cuenta de que no me habías dado la sorpresa, o eso dijiste, y eso que para mí pasar un día a tu lado es la mejor sorpresa, cada minuto descubro un amor indescriptible que nace en mí y quiere ser entregado a tu corazón en entrega inmediata y personal; rebuscaste en la mochila en que llevabas la ropa y sacaste un osito de peluche, me sorprendiste tanto que me lancé de nuevo a tus brazos y estuvimos besándonos otro buen rato hasta que me llevaste a la cama y nos acostamos sin dejar de besarnos, pero nos dormimos en el acto.
    
    Tuyo, con todo el corazón,
    
    Pablo
    
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    [Esta escena de cortesía de un amigo mío llamado Camilo Andrés, ¡mil gracias!!!!]
    
    A San José, 27 de abril
    
    Mi amado Andrés,
    
    A la fecha he comprobado que eres un caballero veo en tu mirada las ganas irremediables de hacerme sentir tu amor de la mejor manera, si supieras que el solo hecho de estar a tu lado ya es perfecto; mi cuerpo aún se estremece con los detalles de los que solo ha sido testigo la luna y en unos minutos el amanecer, en este instante te veo dormir plácidamente, me gusta verte dormir apretado a mi cuerpo mostrando un matiz despreocupado realmente feliz.
    
    En la tarde luego de estudiar me pediste que me pusiera guapo que saldríamos durante la noche y luego de un beso te marchaste entre la multitud; la noche ha caído y con ella el cielo se tornó negro sin estrella alguna solo una luna brillante que baña de plata la hojarasca del jardín; me puse ...
    ... guapo: unos vaqueros ajustados, una camisa a botones con estilo de cuadros muy moderno, unos cuantos toques de loción y estaba listo. El timbre sonó, bajé ansioso las escaleras con una mirada le dije a la nana que yo abriría me detuve un momento frente a la perilla e inhale gran cantidad de aire con fuerza, miré de reojo a la nana que me indicó que estaba bien; sonreí por lo bajo si supieras los nervios que recorren mi cuerpo de saber que me amas que lo darías todo por mí.
    
    Abrí la puerta te encontrabas con la vista en el suelo removiendo un poco tus zapatos uno contra el otro sin percatarte que te veía, te observé un momento, vestías unos vaqueros ajustados, zapatos de cuero y camisa en con cuello en V, dejando ver un poco tus pectorales, de momento quedaste inmóvil, quizás sentiste mi mirada, pasaste saliva con dificultad, tu rostro se ruborizó un poco y giraste la vista a mis ojos para sonreírme, ‘te amo’ me susurraste entre dientes, te acercaste tomándome de la cintura y finalmente me besaste, sentía como tus labios se abrían paso entre los míos para apretarlos con deseo para nuevamente ser recorridos, tu lengua ingresando entablando una sutil batalla con la mía, la calidez de tu saliva combinado con el calor de tus manos al recorrer mi espalda, si sólo hubiese durado más tiempo, ‘se pueden atragantar si se descuidan muchachos’ resonó a escasos metros de nosotros la nana.
    
    Jadeaste un poco mientras apartabas tus labios de los míos, llevaste tu pulgar a mis labios y secaste ...
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