Dulce Sara
Fecha: 02/10/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos
Era verano, uno de tantos, pero no para mí, era especial. Me encontraba en cuarto curso de la universidad. Habíamos acabado los exámenes y ya vendrían las notas y las lamentaciones. Ahora no tocaba pensar e ellas, tocaba desconectar y disfrutar.
Estaba eufórico, excitado, ligero como una pluma. Como si hubiera perdido un millón de kilos de peso. Todo el universo parecía estar a mi favor, me sentía inmensamente feliz. La felicidad propia de los inconscientes.
Por la noche iría con mis mejores amigos de “La Facu” a las fiestas de verano, de su ciudad, que estaban colindante con la mía, a tiro de piedra.
A pesar de que eran mis mejores amigos y nos llevábamos realmente bien, con ellos me sentía como el enanito del bosque. Yo, con mi estatura normal-incluso baja-y ellos, que jugaban al básquet, entre los dos metros y el uno noventa. No era muy prometedor para ligar, porque siempre, las miradas se las llevaban ellos.
Llegamos al centro neurálgico de las fiestas, el gran espacio de tierra, rodeado de árboles y vegetación, acondicionado para los diferentes grupos que tocaban ese verano.
Era una noche suavemente cálida. Extrañamente, no era bochornosa. El escaso aire que se desplazaba transportaba olor a cerveza, orines y polvo de arena en suspensión. En la bóveda del cielo oscuro retumbaba el sonido del último de la Fila: Me dices "good bye" en tu nota, tan ricamente…, creando una atmósfera de ensoñación mágica.
Llevábamos un buen rato de pie bailando y escuchando ...
... la música del concierto. Era hora de tomar algo y sentarnos para descansar un poco.
Nos alejamos de la música y fuimos hacia donde estaban las atracciones, bares y merenderos (en plan verbena). Por el camino, no encontramos a Sara y Rosa, dos conocidas de mis amigos, que me presentaron al instante, con un par de besos. Ambas eran de nuestra edad.
Rosa, era morena y bastante más alta que yo. Con una personalidad, vitalista y arrolladora. Cabello oscuro, largo y liso -hasta la cintura-, pechos magníficos y amenazantes, bajo su ligero y ajustado suéter blanco. Con tejanos ajustados, que marcaban unas preciosas caderas redondeadas, y zapatillas de deporte blancas. Estaba muy buena. Parecía que tenía muy buen rollo con mis amigos y estaba por ellos.
Desde un principio, me llamó la atención Sara. Era un pelín más bajita que yo, lo cual ya me atrajo, ante tantos gigantes. Rubia y con media melena ligeramente ondulada, piel clara, ojos azules y pechos más bien pequeños, bajo su ajustado polo azul marino. Vestía también con tejanos azul oscuro, no tan ajustados como Rosa y zapatillas de deporte blancas. Sus pantalones marcaban una preciosa cintura estrecha y unas piernas delgadas. Su personalidad era más reservada y comedida que la de Rosa. Hablaba poco, sonreía de vez en cuando y escuchaba mucho. Parecía una muñeca.
Cuando me la presentaron, lo primero que captó mi atención fue su aroma al besarla. Entorno a su cara flotaba una fragancia muy femenina, suave y delicada que ...