1. Dulce Sara


    Fecha: 02/10/2023, Categorías: Hetero Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... que imaginaba. Sus bragas, a juego con su sujetador, dibujaban la silueta de su sexo, con una pequeña y alargada mancha de humedad.
    
    Bajé sus bragas y retiré su sujetador, poco a poco, con delicadeza, mientras miraba y memorizaba las partes, de su cuerpo, que iba descubriendo.
    
    No estaba depilada pero si arreglada. Tenía el bello corto y rubio, con forma triangular, dejando al descubierto la preciosa línea vertical que dejaba paso al interior de su sexo.
    
    Sus pechos, aunque pequeños, estaban totalmente erguidos, con sus oscuros pezones y una pequeña areola al su alrededor.
    
    Allí esta yo, con la polla tiesa saliendo de mi bragueta y ella totalmente desnuda.
    
    Me sacó la camiseta, desabrochándome, a continuación, mi pantalón que me quité yo mismo.
    
    Los dos estábamos desnudos, uno frente a otro. Su mirada recorría mi cuerpo con lascivia, centrándose en mi polla erecta.
    
    Se agachó, situando su cara frente a mí polla y con sus manos sobre mis caderas, se la introdujo ligeramente, hasta el glande. Lo lamió, con lametones circulares, deleitándose en la suavidad de su piel, mientras mis primeras gotas salían tímidamente y eran absorbidas por su cálida boca. Mis manos sobre su cabeza, la empujaban para iniciar un movimiento más profundo. Se la introdujo entera y comenzó un frenético movimiento hacia arriba y hacia abajo que era acompasado por mis manos. Su boca estaba totalmente llena de mi polla, con sus labios rodeándola y desplazándose a lo largo de ella.
    
    Me ...
    ... encontraba tan excitado viendo como me la chupaba y el placer que me proporcionaba, que sentía estar a punto de correrme.
    
    Retiré su cabeza, sacando su cálida boca de mi polla, dejando un hilillo de saliva que colgaba y unía su labio con mi capullo. Me miró a los ojos, con sorpresa y extrañada, como si le hubiera quitado su juguete preferido.
    
    La incorporé, haciéndola girar sobre sí misma, desplazándola hacia la pila del lavabo, donde se inclinó, apoyando sus manos.
    
    Tal como estaba, de espaldas a mí, inclinada y apoyada sobre el frio metal, me mostraba un culo prieto, precioso, con su coño ligeramente abierto. Introduje mis dedos en él, notando lo mojado que estaba, y en su vagina, masajeándola. Estaba encharcada.
    
    No puede evitar saborear sus líquidos. Me llevé los dedos a la boca, cerré los ojos y me deleité con su aroma y sabor. Sabían a ella.
    
    No aguantaba más, sentía un deseo irrefrenable de penetrarla, de introducirme en su coño, de sentir todo su calor alrededor de mi polla. De reventarlo, también.
    
    De pronto un rayo de lucidez vino a mi mente. ¡No tengo preservativo!
    
    -Sara, lo siento pero no tengo preservativo. No sabía que lo iba a necesitar. ¿Qué hacemos?
    
    -No te preocupes, métemela igual, quiero sentirte sin él.
    
    Y no me dijo más.
    
    Introduje mi polla dentro de su coño, de golpe y con mucha facilidad, estaba muy lubricada. Al notarla entrar de golpe, no pudo evitar soltar un gemido de placer.
    
    Abrió más sus piernas, favoreciendo que la follara en ...