1. Dulce Sara


    Fecha: 02/10/2023, Categorías: Hetero Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... espacioso y estaba limpio. Como iba a tardar poco no me molesté en cerrar del todo y dejé la puerta entreabierta.
    
    Saqué mi pene del pantalón, que todavía seguía morcillón, fruto de la excitación que me había provocado Sara y dispuesto a rematar la faena.
    
    Estaba a punto de iniciar mi descarga, cuando oigo:
    
    -Se puedeee.
    
    Era la voz de Sara. Giré la cabeza, un poco cortado y con mi pene en la mano.
    
    -Si claro, es para chicos y chicas.
    
    No sabía que decir.
    
    -Me han entrado ganas a mí también.
    
    Riéndose como una niña pequeña haciendo una travesura.
    
    -Espérate un momento que enseguida acabo y te lo dejo.
    
    Seguía cortado.
    
    -Si quieres te ayudo.
    
    Con voz solícita y de buena samaritana.
    
    Sin esperar mi respuesta, se acercó y se puso detrás de mí apoyando sus pechos y su pelvis, sobre mi espalda y glúteos.
    
    Mis ojos se abrieron como platos, mientras notaba el calor y la presión de sus pequeños pechos sobre mi espalda, y su pelvis acoplándose en mis glúteos.
    
    Mi reacción fue inmediata. Mi pene dejó su estado morcillón. Se puso eufórico, encantado de sentir su contacto.
    
    Su mano se introdujo en mi camiseta blanca, acarició mi pecho, pellizcándome con sus pequeños y delicados dedos, mis diminutos y oscuros pezones, totalmente erectos. Su palma se deslizó suavemente por mi abdomen, pasando por mi pubis, acariciando el ensortijado bello negro, recreándose en él.
    
    Agarró mi polla, totalmente empalmada, mientras miraba como su mano la mecía con suavidad y ...
    ... su dedo acariciaba la pequeña sonrisa de mi glande.
    
    Me giré totalmente, mirándola a los ojos. Esos preciosos ojos azules, que en principio me parecieron de infinita curiosidad y ahora contemplaba plenos de sabiduría y lujuria. Sus manos se dirigieron a mi culo, clavando sus dedos como garfios y acercándome hacia ella, presionando mi polla contra su cuerpo. Sus labios esbozaron una sonrisa pícara, mientras me miraba expectante, esperando mi reacción.
    
    Sentí un torbellino de calor partiendo de mi entrepierna recorriendo todo mi cuerpo. Mis labios, encendidos de pasión, se incrustaron en los suyos, con desesperación. Nuestras lenguas luchaban para abrirse camino, buscando rincones húmedos desconocidos, en una apasionada y devoradora batalla.
    
    Mis manos se posaron en su culo, agarrándolo con fuerza, situándose en su parte baja. Mis dedos recorrían la costura de su pantalón, en su entrepierna, adivinando el cálido tesoro que se ocultaba en su interior. Los músculos de todo su cuerpo estaban en tensión, estremeciéndose de placer. Su lengua, ahora, más cálida se retiraba del fragor de la batalla, concediéndome una tregua.
    
    Retiré mis manos de su culo, sacándole el polo y alborotando su cabello al sacárselo.
    
    Desabroché el botón de su pantalón, bajándoselo y retirándoselo. Mientras ella se dejaba hacer.
    
    La tenía frente a mí con su liviano y trasparente sujetador blanco que mostraba parcialmente sus pequeños y preciosos pechos, con unos pezones más oscuros y tiesos de lo ...