La historia de Claudia (13)
Fecha: 11/10/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... celo?
-Sí, señora.
-Y seguro estás deseando que te preste a ella.
-Sí, señora... –contestó Claudia tras una breve vacilación.
-¿Te pareció que puede ser una sumisa?
-No, señora, al contrario, me pareció un poco... un poco autoritaria.
Hubo una pausa que le aceleró el corazón y después Blanca le dijo:
-Lo voy a pensar. –y cortó.
-Claro que te voy a prestar a esa mujer, perra. –se dijo enseguida. -pero será a mi manera.
Inmediatamente mandó un mensaje de texto al celular de Claudia: "dame el teléfono de esa farmacéutica" –y la respuesta fue inmediata, con un número celular y el de la farmacia, que eran los que Claudia tenía en la ficha de clienta de cuando había convenido la entrevista comercial.
Blanca llamó al número de la farmacia y cuando fue atendida por la mujer dijo sin más:
-Buenas tardes, señora Estévez, soy la señora Blanca, la dueña de Claudia.
Su interlocutora, sin el menor asombro, contestó:
-Bueno, deduzco entonces que usted es Ama, señora, y esa hermosa hembra es su esclava.
-Así es. –confirmó la señora. –Y por lo que mi perra me ha contado usted está interesada en ella.
-Muy interesada y déjeme decirle que también soy Ama.
-Me da placer prestarla, ¿sabe? y tendré mucho gusto en cedérsela, digamos... ¿por una noche?
-Está bien, pero quisiera que selláramos el acuerdo en mi casa, estimada señora. Siendo usted Ama estoy segura de que le encantará conocerla.
-Claro que sí, señora Estévez. Dígame cuándo sería ...
... posible visitarla con mi esclava teniendo en cuenta que el jueves voy a subastarla a ella y a mi otra perra.
-¿Una subasta?... Muy interesante, explíqueme.
-Las mejores postoras se llevarán a mis perras en alquiler por una o dos noches.
-¿Y qué tal es su otra esclava?
-Es una cachorrita de 19 años.
-¿Le molestaría traerla cuando venga con Claudia?
-En absoluto.
-¿Le parece bien que arreglemos su visita para el lunes próximo a las 9 de la noche, Ama Blanca?
-Perfecto. –aceptó la señora, y después de anotar la dirección se despidieron.
Inmediatamente llamó a Claudia al celular:
-Ya estás prestada a la farmacéutica, perra. ¿Sabías que es Ama?
-No estaba segura, señora.
-Bueno, lo es y nos espera en su casa el lunes que viene a las 9 de la noche.
-Lo que usted diga, señora. –contestó sumisamente Claudia.
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A todo esto llegó el martes, día indicado para que Inés gozara de una noche con Laura.
A las 20,30 la cachorra fue recibida en la puerta del edificio por Amalia, la mujer que era para Inés una especie de ama de llaves y secretaria y que estaba en conocimiento de las aficiones sexuales de la peluquera.
-Seguime. –le dijo la mujerona yendo hacia el ascensor e instantes después la dejaba en el living ante Inés, que vestía pantalones negros algo amplios, zapatos también negros de altos tacones y una blusa blanca sin mangas.
Para sorpresa de Laura no estaba sola. Junto a ella había una chica de no más de veinticinco ...