La historia de Claudia (13)
Fecha: 11/10/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... años, alta, grandota, de larga cabellera rubia, con un vestido de hilo blanco y sandalias.
-Buenas noches, señora Inés. –saludó Laura, que llevaba puesto un jean celeste, remera blanca, zapatillas sin medias y una mochila cargada en la espalda. "¿Sabrá esto la señora?" –se preguntó inquieta por la presencia de la rubia, e Inés, como si le hubiera leído el pensamiento, dijo:
-Hola cachorra, ella es Leticia. Le comenté a tu dueña que pensaba invitarla, si ella lo autorizaba, claro, y no tuvo inconvenientes.
-Buenas noches, señorita Leticia. –saludó entonces la jovencita ya más tranquila.
-Hola, queridita. –dijo la rubia que se adelantó hacia ella y con gesto decidido le desprendió la mochila diciéndole:
-Así vas a estar más cómoda, bebé.
Inés se había sentado en el sofá y desde allí dijo:
-Representás menos edad de la que tenés, cachorra. Si te veo por la calle te doy quince años... Me siento una depravada y eso me gusta, jeje... Además, vestida así, como podría vestirse un chico, me da mucho morbo ¿sabés?... –y agregó dirigiéndose a la rubia:
-Leti, ¿querés desnudarla, por favor?
-Claro... será un placer... –contestó la rubia y le dijo a Laura que se quitara las zapatillas. Después le sacó el jean, la remera, el corpiño y finalmente la tanga.
-Traela aquí. –indicó Inés y Leticia la tomó de un brazo y la acercó a la peluquera, que empezó a recorrer con sus manos el contorno de Laura desde las rodillas, subiendo lentamente por los muslos largos, ...
... finos, deliciosamente torneados, luego la curva suave y larga de las caderas, la cintura alta y estrecha, los límites del torso.
-¿Lo ves, cachorra? -Todo es tan suave en vos... tan sugerente... tan alejado de la desmesura... tus tetitas, que una puede encerrar en la palma de la mano... Claudia es otra cosa, muy deseable también, claro, pero otra cosa, como más potra... Vos hubieras podido enamorar hasta la locura a la mismísima Safo...
Laura se sentía entregada por completo a las palabras de Inés, a sus manos que la recorrían, a ese mensaje que la embriagaba. Sintió la boca de la peluquera en sus tetas, sintió sus labios, su lengua y después sus dientes mordisqueándole los pezones. Gimió más de placer que de dolor y comenzó a mojarse cuando los dedos de Inés le entreabrieron la concha. Separó las piernas que le temblaban y exhaló un suspiro al sentir los dedos entrando hasta los nudillos mientras esa boca experta y apasionada continuaban recorriendo sus tetas.
De pronto, sin dejar de trabajarle la concha, Inés llevó una mano hasta las nalgas y tras masajearlas un poco buscó la entradita oculta entre ellas. Laura corcoveó un poco al advertir lo que venía, pero Inés no le dio tregua y cuando ubicó el orificio comenzó a introducirle un dedo, arrancándole un largo gemido.
-Mamita y Leticia van a usar todos tus agujeros, cachorra. –le dijo y estuvo un rato horadándola doblemente, sintiendo cómo la jovencita se mojaba más y más mientras no dejaba de jadear y gemir ...