1. Con Carla entregamos el culo y nos lo llenó de placer


    Fecha: 21/10/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: MiguelFederico, Fuente: CuentoRelatos

    ... todo momento pensé que bromeaban. Dije.
    
    -¿Qué pasa si una no quiere viajar? Preguntó Carla.
    
    -El ofrecimiento es para las dos y para cada una por separado. Dijo Tato.
    
    -¿Cuándo viajaríamos?
    
    -En una semana. Y por las visas no se preocupen. Y no es necesario que contesten ahora, pero si en dos días.
    
    -¿Qué pasa si en un mes no nos soportas más, o te cansas de nosotras, o aparece otra mujer, o nosotras queremos volver? Pregunté.
    
    -Si alguna o las dos se quieren volver, pues tendrán su pasaje de vuelta. Y por el contrario pasa alguna de las otras alternativas, pues volverán aquí con una importante cantidad de dólares. Otras alternativas, las evaluaremos en el momento que sucedan.
    
    -No tengo mucho que pensar. Voy. Dije.
    
    -Bien, me alegro. Dijo Tato.
    
    -Mañana te confirmo. Dijo Carla.
    
    -Genial.
    
    Brindamos y fuimos a su dormitorio otra vez. Nos acostamos y Carla se puso a chuparle la pija ni bien nos acostamos. Yo, a besarme con todo con él.
    
    -Retribuí gentilezas, me dijo.
    
    Y la hice poner en cuatro para chuparle la concha, pero yo agregué su orto. Ella empezó a gemir y a chupar con todo. Era una delicia su concha, y cada vez más excitada estaba chupándola.
    
    Carla chupaba con todo, se la metía por completo en la boca, Tato gemía y sostenía la cabeza de Clara.
    
    -Hija de puta, como chupas. Le dijo.
    
    -La quiero bien dura en mi culo. Dijo Carla.
    
    Él se levantó y la puso en cuatro patas. Chupo su orto por un rato y tomo la crema. Le puso un poco y ...
    ... metió dos dedos. Luego el tercero. Yo miraba masturbándome y apretando mis tetas. Pero no era suficiente, metí dos dedos en mi culo y me lo movía con todo. Tato me miró y sonrió al ver mi calentura.
    
    Saco los dedos y apoyo su pija dura en el culo de Carla.
    
    -No doy más desgraciado, metela de una vez. Dijo Carla.
    
    Él la tomo de la cintura y en un solo movimiento, se la enterró hasta el fondo del culo. Carla dio un grito y se arqueó por completo.
    
    -No podes, hijo de puta, me partiste el orto. Ahora seguí animal. Gritó.
    
    Yo estaba a mil, me puse también en cuatro, al lado de Carla, y le mostraba a Tato como me metía dos dedos en el culo.
    
    -Sos muy caliente, dos dedos es poco. Dijo y empujo dos dedos suyos para acompañar los míos.
    
    -Hijo de puta. Grite con todo.
    
    -Nos está haciendo mierda. Gritó Carla.
    
    Estuvo bombeando a Carla por un rato y a mí con sus dedos.
    
    -Así me gustan mis mujeres, que gocen como dos yeguas. Que no tengan límites. Dijo.
    
    -Somos tus yeguas, por tu culpa, te aseguro que nunca estuve así de caliente. Dijo Carla.
    
    Al rato, me dijo:
    
    -Silvia, en el segundo cajón vas a encontrar algo.
    
    Me levante y cuando abrí el cajón encontré una serie de “cositas”. Entre ellas, un arnés con un consolador del tamaño de su pija, y un consolador del mismo tamaño y un tapa ojos. Tomé el tapa ojos y se lo puse a Carla.
    
    -Te voy a matar, guacha, me queres hacer mierda. Dijo.
    
    Volví al cajón y me puse el arnés y tome el consolador. Me acerque a Tato y le ...
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