1. Un castigo ejemplar


    Fecha: 06/11/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    Era un viernes normal. Un viernes cualquiera de primavera. Pero estábamos llegando al fin de semana, y ese en concreto lo teníamos para nosotros. Sin planes ni interrupciones por delante, la vibración de mi smartwatch acudió puntual a su cita a las 6:30 de la mañana.
    
    Hice lo que Ella me ordenó hace meses, y que hace que cada día sea maravilloso desde que comienza. Silenciosamente salí por mi lado de la cama, y medio dormido fui al baño. Hice pis sentado (otra de las rutinas que Ella estableció casi al principio), me lavé la cara y las manos, y cuidadosamente deshice la cama por los pies, para poder meterme bajo las sábanas y lamer sus bonitos pies.
    
    Estuve un buen rato, como cada mañana desde que vivimos juntos, dedicándome con esmero a sus pies. Dedo a dedo pasaba mi lengua por ellos, los lamía, los chupaba y a medida que irremediablemente iba excitándome iba metiendo su pie entero en mi boca, metiéndolos hasta la campanilla.
    
    Después de diez minutos, fui subiendo por sus piernas, y en ese momento cambiaste tu postura y te pusiste boca arriba. Lo identifiqué como una señal de que podía dedicarme a tu coño, pero como siempre hago, comencé a lamer tu culote de encaje. Notaba mi lengua rozándose contra el tejido de encaje y estaba deseando alguna señal, pero después de cinco minutos sin parar de lamer y notar tu humedad y tu sabor en mi lengua, nada ocurría.
    
    Y de pronto, tú misma retiraste la tela del culote, y con ambas manos apretaste mi cabeza contra ti. Mi ...
    ... lengua luchaba por seguir lamiendo y dándote placer, a la vez que mi cerebro buscaba la forma de conseguir oxígeno para poder respirar. Pero el deseo le pudo a la razón, y haciendo un esfuerzo, seguí lamiendo como si se fuera a acabar el mundo, pero cuanto más disfrutabas, más fuerte apretabas tus piernas alrededor de mi cuello (y más me costaba respirar).
    
    Empezaste a mover tus caderas y a follarte contra mi lengua y mi nariz con movimientos rápidos e intensos, pero eso me dio opción a respirar para seguir con más intensidad por mi parte. Entonces te escuché decir que querías mi lengua muy dentro de ti, y busqué dentro de tu coño con avidez, mientras con mis manos se echaban a un lado, para agarrarte firmemente las caderas y empujar con fuerza dentro de ti.
    
    Fue así como sentí tu orgasmo. No solo por tus gemidos, que iban subiendo de volumen y de frecuencia. Tampoco fue por la forma que te follabas contra mí, o la fuerza de tus piernas sobre mi cuello. Lo sé porque de pronto sentí que mi cara recibía todo tu placer mientras tu cuerpo se contorneaba y se ponía rígido de placer, disfrutando de ese orgasmo mañanero con el que te despierto cada día desde que vivimos juntos.
    
    Después comenzó otra de mis rutinas. Cada vez que se corre, he de limpiar bien su coño, sus piernas, las sábanas… todo lo que manche, he de limpiarlo con la lengua dándole las gracias por permitirme hacerlo. Cuando quedó todo limpio, me agarró del pelo y me dio un bofetón mientras me decía:
    
    “Vete a ...
«1234...12»