1. El esposo de Lucía


    Fecha: 09/11/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... mencionaron, por lo cual, aunque estábamos juntos, parecía que hubiera dos grupos diferenciados; Richard y mi mujer, con su conversación sobre lo que les había traído el evento y sus actividades, y Lucía y yo, hablando de cosas menos importantes. Y ambas parejas parecíamos estar cómodas en el momento, cada una en su cuento.
    
    Al rato decidimos que ya era hora de finalizar el día y descansar un rato. Al otro día ellos volvían a tener una agenda apretada y nosotros, claro está, tendríamos que buscar algo para hacer y disfrutar del sol, de la ciudad y de las atracciones que nos pudieran ofrecer. Richard, sin embargo, insistió en pasar un rato más juntos y propuso que nos tomáramos algo en la discoteca, antes de subir a las habitaciones. Mi mujer no puso objeción, Lucía pareció estar conforme, y yo, sin afán alguno, no pude menos que estar de acuerdo. Al fin y al cabo, de trasnochar, eran ellos quienes tenían compromisos.
    
    Estuvimos allí un corto rato, sin embargo, lo justo para que aprovecháramos el ambiente, la música y bailáramos un rato. Richard, caballeroso, como siempre, y al parecer sin importarle mi presencia, tomó la iniciativa e invitó a mi mujer a la pista de baile. Yo, en contraprestación, no muy entusiasmado, hice lo mismo con Lucía. Así que juntos, los cuatro, salimos a la pista de baile a demostrar nuestras habilidades durante el tiempo que duró una tanda musical. Volvimos a nuestra mesa, apuramos unos tragos de ron, y decidimos de común acuerdo que ya era ...
    ... tiempo de descansar. Por lo que nos despedimos y procedimos hacia nuestras habitaciones.
    
    Al día siguiente volvimos a coincidir con ellos en el desayuno. Era el último día de congreso y el evento remataba con una fiesta, así que la jornada presagiaba ser bastante larga y agitada. Le pregunté a Lucía si quería salir a turistear a algún lugar, pero me dijo preferir quedarse descansando en el hotel. ¿Quisieras hacer algo especial en particular? Nada especial, dijo. Me gustaría tomar el sol en la piscina, tal vez. Me parece bien, respondí. ¿Te puedo hacer compañía? ¡Claro! Comentó. Si no te molesta. Para nada, contesté. Voy a cambiarme, entonces, y nos vemos aquí abajo en un rato. ¿Te parece? ¿En media hora está bien? De acuerdo, dijo.
    
    Tardamos más de media hora en reunirnos en la piscina, pero todo anduvo bien. Nos acomodamos en las sillas para asolearse dispuestas alrededor, pedimos bebidas y nos recostamos a tomar el sol y charlar. ¿Me imagino que estos viajes hacen parte de tu rutina de vida? Pregunté. Digamos que sí. No son muy frecuentes. Comparto con él cuando podemos, como en esta ocasión. Esta vez los hijos se quedaron en casa de los abuelos y pudimos disponer de un respiro. No siempre es fácil. Lo entiendo, respondí.
    
    ¿Richard lleva tiempo haciendo esto? Continué. Tal vez más de veinte años, contestó. Siempre ha sido así desde que lo conocí. Es la naturaleza de su trabajo, las relaciones, las visitas, los viajes, todo lo cual se traduce en ventas, utilidades y ...
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