El esposo de Lucía
Fecha: 09/11/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... dije, yo siempre quedo excluido.
Voy a chatear con Richard, a ver cómo se ven las cosas en este momento. ¿Te parece? Y acaso, ¿cómo crees tú que deberían ir? Pensando en lograr el objetivo, dijo ella, algo se le estará ocurriendo a estas alturas. Y quiero saber qué ha pensado. Ya te cuento. Así que estuvo concentrada en su teléfono por unos minutos. Finalmente, pasándome de nuevo el aparato, para que yo observara, comentó, ¿Qué te parece?
Lucía: Amor, ¿ya casi acaban las exposiciones?
Richard: Ya acabaron hace un rato.
Lucía: Bueno. ¿Y en que van tu travesura?
Richard: Nada aún.
Lucía: ¿Qué has pensado?
Richard: Le dije a Laura que se arreglara bien bonita para esta noche. Dijo que iba a tomar una ducha y luego bajaría al salón de belleza a peinarse, maquillarse y prepararse para el evento.
Lucía: ¿Solo eso?
Richard: Pasamos por las vitrinas de uno de los almacenes de ropa interior femenina que hay en el hotel y le dije que me la imaginaba usando ese tipo de ropa. Y me contestó que ella generalmente la usaba. Me gustaría vértela puesta. Y contestó: ¿por qué no?
Lucía: ¿Es un avance?
Richard: Creo que sí. ¿Dónde estás?
Lucía: En la piscina. ¿Vienes?
Richard: Sí. Ya voy para allá. Espérame…
Bueno, dije yo, creo que me voy y los dejo solos. Seguramente nos veremos más tarde, conforme se vayan dando las cosas. De pronto nos encontramos para cenar mientras ellos están en su evento de cierre. ¿Te parece? Sí respondió ella. Encontrémonos ...
... en el restaurante a las 8 pm. De acuerdo, contestó.
Mi esposa, como de costumbre, se esmeró en el arreglo y se dispuso elegantemente para su evento. ¿A qué horas crees que te desocupas? Yo creo que a media noche, contestó. ¿Por qué? Me preguntó. Nada especial. Para saber qué hacer. Pensé que podíamos hacer algo, pero a esa hora ya me da pereza. ¿Hacer algo? inquirió ella. ¿Cómo qué? Pues, la verdad, no sé. Dije eso sin pensar, porque, viendo la hora y después de tu actividad, lo mejor sería irnos a dormir y descansar. Voy a darme una vuelta por ahí y, si no aparece nada que hacer, pues me vengo para la habitación. Bueno, dio ella, pues aquí nos vemos.
Al rato salió para su evento y yo, como me había comprometido, baje al restaurante. Lucía estaba allí, esperándome. Hola, la saludé, ¿cómo va todo? Bien, me respondió. ¿Vas a comer algo? Puede ser, dije, pero algo ligero. Tal vez una sopa, una cremita de cebolla o algo así. Bueno, contestó, ordenemos. Y, conversando de todo y de nada, se nos fue pasando el tiempo. Después de comer, ordenamos unos cocteles y no quedamos allí, conversando.
Serían como las diez de la noche cuando recibí un mensaje en mi “whats up”. Esto está muy aburrido, comentaba mi esposa. ¿Y? le contesté. Pensé que podíamos hacer algo, respondió. ¿Cómo qué? Repliqué. No sé, respondió, después te cuento. Bueno, quedo atento. Yo estoy aquí, en el hotel. No he salido del restaurante. Ok… Y mostrándole a Lucía la conversación, pregunté. ¿Qué has sabido del ...