Marta la sirvienta: relatos de fetichismo y sexo
Fecha: 16/11/2023,
Categorías:
Fetichismo
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... cocina. Por la tarde, una vez servida la cena, regresaba a casa a eso de las siete.
Durante la tercera semana, la señora contrató a una profesora de inglés para dar clases particulares a su hijo Juan. Venía por la tarde y estaba encerrada con él en su habitación durante una hora. Samantha, que así se llamaba la "teacher", rondaba los treinta, pechos generosos y ropa bastante clásica. Las gafas que llevaba puestas y el peinado parecían hechos con el único propósito de quitarle atractivo.
El jueves de esa semana, Laura encargó una tarea a Marta. Acabada la tarea, la sirvienta reanudó su rutina sin caer en la cuenta de que era más tarde de lo habitual. Entró sin llamar en la habitación de Juan creyéndole ausente.
- Perdón yo, creí que no estabas. - se disculpó inmediatamente.
Luego, antes de salir, se percató de lo que pasaba, observó y ofreció nuevas disculpas, esta vez con el rostro colorado.
El caso era que al entrar, Juan se encontraba sentado en el escritorio frente a su portátil, un libro de inglés abierto a un lado, los auriculares puestos, los pantalones a la altura de los tobillos y el pene fuera de los calzoncillos. El volumen del video porno no estaba alto y el muchacho oyó el ruido de la puerta al cerrarse. Se subió los pantalones y salió a ver que pasaba pillando a la criada camino de la otra habitación.
- ¡Marta! Puedes venir un momento - la llamó.
La chica obedeció y juntos entraron en la habitación.
- Oye, yo no quise. - se disculpó la ...
... sirvienta.
- Está mal eso de entrar en la habitación sin llamar. - espetó el chico.
- Ya.
- No dirás nada a mis padres, ¿verdad?
- Vale.
- Bueno, puedes hacerme un favor... si lo haces yo tampoco les diré nada.
- ¿Qué quieres? - dijo Marta ignorando la amenaza.
- Quiero que me mires mientras me masturbo... venga, seguro que ya me viste el pene... además, quiero que me enseñes una teta.
La petición era de lo más pueril y Marta consideró opciones.
- Bueno, si no quieres tu verás... ya me pensaré si cuento... - dijo el cabrito.
- No es que me importe mucho, pero preferiría que estes callado, yo también tengo cosas que contar. Pero bueno, la idea es que todos trabajemos a gusto. Si me prometes que esto no saldrá de aquí.
- Lo prometo.
- Está bien.
Marta echó el pestillo a la puerta de la habitación.
Luego se desabrochó la camisa y bajando parte del sujetador sacó una teta. Juan contempló el seno coronado por un pezón oscuro y se excitó. Se bajó los pantalones y los calzoncillos, se sentó en la silla con las piernas separadas y cogiendo el pene con su mano, comenzó a masturbarse mientras era observado por la sirvienta. El orgasmo no tardó ni un minuto en llegar. El miembro hinchado, palpitante, lleno de venas jóvenes, escupió semen.
Marta ofreció una servilleta de papel a Juan. Cuando este terminó de limpiarse, cubrió su pecho, se abrochó la camisa y tras quitar el cerrojo salió de la habitación salió en silencio.
Los días siguientes ...