Marta la sirvienta: relatos de fetichismo y sexo
Fecha: 16/11/2023,
Categorías:
Fetichismo
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... dando su opinión sobre los más variopintos temas.
Un día, su jefe le pidió un masaje especial. Ante su sorpresa y sin el menor rubor, Richard se quitó los pantalones y los calzoncillos y se arrodilló sobre la silla.
- ¿Podrías masajear mis nalgas?
Marta se acercó. No sabía muy bien que hacer, así que improvisó sobando el culo con cierta intensidad. "Es un músculo más" se dijo mientras aplicaba presión sobre los glúteos desnudos.
Richard, con los ojos semicerrados se concentró en disfrutar la experiencia.
Al día siguiente, Laura llamó a la sirvienta ascendida a secretaria.
- ¿Qué estás haciendo? - preguntó.
- No sé a qué te refieres.
- Sí que lo sabes. Ven conmigo.
Marta fue llevada al dormitorio de su señora, allí, vestida con una falda, se encontraba la hijastra.
La chica miró a la recién llegada con deseo.
- Desnúdate
- ¿Cómo? - dijo la aludida.
- Sabemos que te dedicabas a mirar hombres desnudos, pero ahora has ido más lejos. - respondió la hija.
- Nosotras también queremos pasárnoslo bien. - añadió la madre.
La conversación se prolongó durante un tiempo y al final Marta, sin saber muy bien cómo ni por qué, se encontró en pelotas.
La puerta de la habitación no estaba cerrada del todo y el hijo de ...
... la familia miraba mientras se rascaba el paquete.
Madrastra e hija comenzaron a besar a la secretaria, una se ocupaba de la boca mientras que la otra dirigía su atención sobre los pezones.
- ¿Qué haces? - dijo Richard dirigiéndote a su hijo.
- Hay alguien fuera. - intervino Marta alarmada mientras se cubría con las manos pechos y chocho.
- ¡Entrad y quitaos la ropa! Todo el mundo desnudo. - ordenó Laura.
Los varones entraron y se desnudaron. Lo mismo hicieron hija y madre.
- Es complicado, dijo Richard. Veamos. Tú sobre la cama boca arriba, tú boca abajo, tú de rodillas se la chupas y tú pasas la lengua por el ano y yo me encargo de meterle el dedo por el culo. Empecemos así y luego vamos cambiando.
Pronto, la habitación se llenó de jadeos y gemidos. Las reticencias iniciales, la vergüenza, desapareció y siempre con respeto, el sexo oral ganó en originalidad.
Minutos después alguien trajo condones.
Luego una regla de madera.
Luego... después eyacularon los hombres al tiempo que las mujeres, por turnos, llegaban al orgasmo varias veces.
Tiempo después, exhaustos, repartidos en dos camas, los cuerpos desnudos, sudorosos, primitivos, entrelazados recibían las caricias de baja intensidad y algún que otro beso furtivo.