1. El jefe de su marido (tercer capítulo)


    Fecha: 20/11/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... gusta su polla – los gemidos de Silvia hacían ver que estaba a punto de correrse de nuevo y ese estado le hacía confesar lo que tanto le avergonzaba.
    
    - Te gustó que me corriera en tu boca, verdad? – los dedos magistrales la estaban volviendo loca. Estaba a punto de eyacular de nuevo.
    
    - Siii… – su cuerpo comenzó a convulsionar- Me gustó que se corriera en mi boca… - y su coño comenzó a eyacular de nuevo sobre la colcha de aquella cama.
    
    Ella aún temblaba cuando sintió que el señor Gómez se levantaba de la cama y lo vio desaparecer por una puerta lateral de la habitación. Enseguida se dio cuenta que era un cuarto de baño cuando escuchó el sonido de una ducha recién abierta.
    
    - Recoge tus cosas y cierra la puerta cuando salgas – escuchó la voz de ese hombre desde la puerta del baño - Me voy a dar una ducha que quedé con tu marido ahora.
    
    Era un ser despreciable, sabía como hacerla sentir humillada y decirle que iba a ir a junto de su marido después de haberla hecho tragarse su semen era repugnante. Se levantó de la cama y se bajó la falda, le temblaban las piernas. Cogió su bolso y al ir a cerrarlo vio los trescientos euros. Se sentía una puta. Vio sus bragas rotas en el suelo y las guardó en el bolso. Se fue de aquella casa sin despedirse.
    
    Ya en la calle se acercó a una papelera y mirando a los lados y asegurándose que nadie viera lo que hacía, sacó sus bragas rotas del bolso y las tiró.
    
    Se sentó en un banco aturdida. No entendía lo que le estaba pasando con ...
    ... ese viejo al que tanto despreciaba. Intentó recordar los hombres con los que había estado antes de empezar de novia con su marido, deseaba darse cuenta de algún chico de los que habían pasado por su vida y que la hubiera hecho sentir algo parecido al mantener relaciones sexuales. Sabía que era inútil ese esfuerzo mental porque ninguno le había hecho sentir nada ni siquiera parecido. Ni sus ex novios, ni su marido y se sintió mal, sorprendida y sucia, muy sucia.
    
    Se fue al coche apurada, deseaba correr. Necesitaba llegar a casa y lavarse el cuerpo. Necesitaba borrar cualquier vestigio en su cuerpo del encuentro que acababa de tener. Pasaría después por casa de su cuñada a buscar a la niña. Sentía que su cuñada podría darse cuenta de su estado. Al sentarse en el coche recordó que ni siquiera llevaba bragas, jamás en su vida había estado fuera de casa así sin ropa interior. Con aquella minifalda casi podía ver su coño así como estaba sentada. Lo sentía sensible y acercó su dedo y al tocarlo sintió un estremecimiento. La necesidad por llegar a casa se convirtió en un deseo.
    
    Llegó a casa y se fue al baño directa. Se desnudó y se observó frente al espejo. Tenía el pubis y el coño enrojecidos y recordó lo sucedido. Sintió una punzada de excitación rememorando aquella mano intrusa y tuvo que masturbarse desesperada.
    
    Se sintió frustrada cuando alcanzó el orgasmo y se dio cuenta que ni ella misma era capaz de provocarse un orgasmo parecido a los que ese señor le hacía alcanzar. 
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