1. Travesura a mi amante


    Fecha: 26/11/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos

    ... usamos uno varias veces. Sí, ¡yo sentía delicioso!, pero a Ramón no le convencía. Se lo quité y se lo puse al revés, con la textura hacia su pene y se vino facilito.
    
    –¡Ah, sí sentí distinto! –exclamó y se lo quité, pero se había roto.
    
    –Uh, parece que no se debe usar así –dije tomándome el contenido a través de la rotura y le di un beso muy cargado de semen.
    
    –¡Eres muy puta, mamita! –gritó al terminar el beso, después de que le revolví su leche con mi lengua trenzada en la suya.
    
    –Me gustó cómo pusiste la cara de caliente al cogerme así, papito, por eso te compartí algo de lo que me gusta tomar…
    
    –Yo creo que se rompió porque los condones sólo se deben usar una vez –me dijo Ramón.
    
    –La dependiente me dijo que “podía usarlos más de una vez, si se trataba de la pareja con la que no usaba condón, de lo contrario úselo sólo una vez, como uno común”.
    
    –Saaabe, entonces ¿por qué se rompió? –preguntó mi marido.
    
    –Es que no viste la cara de puto que tenías y el meneo que me dabas con la verga, ¡estabas poseído! –le contesté.
    
    El sábado siguiente usamos tres veces el mismo condón. Practiqué otra vez el vaciado en mi boca y me aceptó mi marido el beso, otra vez más, volteado con la textura hacia el falo soltó leche como vaca, me vacié lo del condón en el pecho y lo tallé hasta que se puso espumoso. “¿Quieres tetas con crema?”, le pregunté. “¡Puta!”, me contestó. La última vez se lo puse de manera normal y le pedí que me enculara.
    
    –¡Así sí se sienten bien las ...
    ... bolitas y espinas con tu culito apretadito mamacita! –gritó Ramón moviéndose con rapidez y se vino abundantemente.
    
    Al descansar, se lo quité y lo vacié sobre mis pies, los cuales friccioné como si de una loción se tratara. El resto lo distribuí en mis axilas. Ramón dormitaba, el condón también se había roto, al parecer, la enjundia era peligrosa para la vida del condón. El domingo cogimos normalmente, hicimos el 69 dos veces y, en ambas, me vine en su boca, que no dejaba de chuparme y sorberme al sentir mi calentura. Durmió como un bendito, con la dicha de un ángel. Al amanecer, me quiso dar el biberón matutino como despedida, antes de salir a trabajar.
    
    –Mámame, mami… –dijo, y yo abrí la boca.
    
    Calculé que ya estaba lo suficiente caliente y le puse el condón. “Mejor cógeme papasito, quiero sentir esto otra vez” dije y lo obligué a cogerme de misionero. Yo me sentía muy arrecha porque me imaginaba que al rato le daría esa leche a Bernabé con un beso. Mi marido se vino, le quité el condón con mucho cuidado y él se metió a bañar.
    
    En la cocina, mientras estaba el café, puse el condón en un pequeño vaso tequilero para evitar que se volteara. Al terminar de preparar el desayuno entró mi marido y desayunamos. Se dio cuenta que el condón estaba en el vaso.
    
    –¿Y eso? –preguntó.
    
    –Al rato me lo voy a tomar. ¿Tú también quieres tu café con leche? –dije haciendo el ademán de verterlo a su taza.
    
    –¡No! –gritó quitando su taza–. Tú tómatelo como quieras –sentenció.
    
    –Eso voy ...
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