1. Mi odiosa madrastra - Capítulo 1


    Fecha: 06/12/2023, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... por culpa suya.
    
    — Ahora el que dice estupideces sos vos. ¿Me vas a decir que nunca la viste con otros ojos? Si ella es… es… —dijo Érica, sin terminar la frase.
    
    — Ella no es nadie para mí. Sólo es una trepadora y oportunista, que agarró a papá en una época de debilidad.
    
    — Está bien León, pero siento que siempre está presente, como si en verdad nunca estuviéramos solos. Nunca te faltan excusas para hablar de ella. Aunque sea para despotricar, no importa, la cuestión es que siempre está entre nosotros. La verdad… creo que lo mejor es que nos tomemos un tiempo.
    
    De nada sirve que transcriba la patética discusión que siguió a eso. Por supuesto, cuando me estaba pidiendo un tiempo, era una manera amable de decirme que ya no me amaba. Lo de Nadia no era más que una excusa. Yo no estaba tan desesperado como para esperar a que ella se decidiera a si quería seguir conmigo o no, así que, técnicamente fui yo el que finalmente terminó con la relación. Pero sé perfectamente que lo que hice no fue más que tomar la decisión que ella no tenía la valentía de tomar. Que se vaya a la mierda, pensé en ese momento, aunque viéndolo en retrospectiva, me siento muy agradecido con ella por haberme apoyado en mi momento más difícil. Además, yo tampoco sentía lo mismo que cuando comenzamos a salir. El amor se había transformado en un cariño de hermanos.
    
    Pero en fin, todo eso contribuyó a que yo fuera al departamento, ahora no para dormir ahí de vez en cuando, como venía haciendo hasta ...
    ... el momento, sino para pasar largos días encerrado junto a mi madrastra, aunque eso todavía no lo sabía.
    
    Cuando le dije a Nadia que ahora iba a andar por la casa con más frecuencia, ella había vuelto del gimnasio. Hacía fitness, y tenía la costumbre de andar por la vida con un top y una calza corta de lycra. No tenía por qué darle explicaciones, pero prefería hacerlo, porque quizás de esa manera se daría cuenta de que ya estaba sobrando en la casa. Sabía que no tenía muchos familiares con los que mantuviera contacto, pero debería tener alguna amiga que la acobijara mientras terminaba de encontrar algo.
    
    — Bueno, entonces vamos a pasar más tiempo juntos —dijo Nadia. Era una mujer rubia, con cuerpo de atleta, y en ese momento tenía la piel brillosa por el sudor—. Además, parece que ahora van a decretar el toque de queda, o algo parecido. Así que nos vamos a ver muy de seguido.
    
    — ¿Y todavía no conseguiste ningún lugar para alquilar? —pregunté, sin rodeos, pues consideraba que ya le había tenido mucha paciencia.
    
    — Estoy en eso, pero viste como es la cosa. Te piden muchos requisitos. Garantía, seis meses por adelantado, y muchas otras cosas más.
    
    Ni loco le salía de garante a esa mujer que en realidad apenas conocía, y que, además, lo poco que sabía de ella no era nada bueno.
    
    — Ojalá que consigas un lugar pronto —dije, sin pelos en la lengua—. Mientras tanto, te agradecería que no dejes tu ropa interior colgada en el baño.
    
    Nadia no era una mujer particularmente ...
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