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El templo del morbo
Fecha: 09/12/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... Ella se agarraba la barra de madera mientras cada empujón de Tony hacía que se levantase, teniendo incluso que ponerse de puntillas para seguir pegada al suelo. Un nuevo grito de ambos y otro orgasmo les invadía. La médica tenía el cuerpo sobre la barra para evitar caerse ya que sus piernas no le sostenían. Sus pezones volvían a estar erectos por el roce contra la madera del mostrador. Sus tetas ardían y aparecían con arañazos. Por sus muslos resbalaba la última corrida, esta de Tony. Era el tercer tío que se le corría en el coño esta noche. Eran las cinco de la mañana cuando Ana, Hans y Kiko salían del Templo del Morbo. Tony les había abandonado media hora antes. Pese a que la chica llevaba despierta desde las 7 de la mañana, una hora antes de entrar en el turno de urgencias, la médica se sentía con ganas de más. Kiko les propuso tomar la última en su casa. Una buhardilla a dos calles de su bar. Con Ana agarrada a los culos de los dos maduros recorrieron la calle totalmente vacía hasta el edificio donde vivía el barman. En una estancia sencilla, un salón con cocina americana, Hans comenzó a preparar unas copas, mientras Kiko preparó unas rayas. Sus invitados volvieron a declinar su invitación y él solo se metió toda la dosis. Ana le miró a los ojos. Le pareció un tipo muy interesante, con muchas horas de noche y un ritmo de vida apasionante. Aquel aspecto de hípster cuarentón, y la tremenda polla que calzaba, le resultaba muy morboso a la chica. Hans repartió ...
... las copas. Dieron un par de tragos. Luego, Ana se giró hacia Kiko y juntaron sus bocas. Se besaron apasionadamente mientras se iban desnudando mutuamente. Hans, lo hacía pausadamente en un sofá junto a ellos. Viendo como su chica buscaba ansiosa la polla de su amigo. Kiko quedó tumbado con una tremenda erección. Arrodillada entre sus piernas sobre el asiento del sofá, estaba Ana también desnuda. Agarrando la polla y tirando de la piel hacia abajo comenzó a comerse el pollón del dueño de la casa. Con un incesante movimiento de cabeza arrancaba suspiros al hombre. De vez en cuando hacía rozar el capullo del tío lleno de babas por sus pezones. Fue entonces cuando Hans se colocó tras ella y la agarró por las caderas: -Mmmm, ya no te podías resistir más, ¿no? Preguntó Ana a Hans. -Este es mi momento El hombre colocó su polla en la entrada de la raja de la joven médica. De un golpe se la incrustó. En ese momento, la mujer se tragó la polla de Kiko entera con el empujón. Con la boca llena, gimió y se preparó para recibir una buena follada. El hombre bombeaba con fuerza agarrado a ella que seguía comiéndose la polla del otro. Antes de correrse Hans paró. Ana gateó por el cuerpo de Kiko hasta ofrecerle sus tetas. El tipo no dudó en morderlas y ella rozó su coño por la polla de él. Con habilidad consiguió encajársela. Se incorporó apoyándose en el pecho del tipo. Con un golpe de cadera el hombre se la calzó hasta el fondo. Ana gritó al sentirse otra vez ocupada por aquel ...