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El templo del morbo
Fecha: 09/12/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... y le masturbaba al tiempo que no dejaba de mamársela con hambre. Le miraba a los ojos haciendo que el tipo se excitara aún más. Cuando Miguel anunció que se correría de inmediato, ella comenzó a palmearse el coño provocándose espasmos de placer. Tony gritó para descargar varios chorros de semen en la boca de la chica. Miguel también gritó y se derramó en el coño. Ana gritó cuando el morbo de la mamada y la cabalgada le provocaron un tremendo orgasmo. El ruido de su entrepierna golpeando los muslos de Miguel era excitante. Mientras el movimiento de la polla de Tony hacía que la corrida de este se le saliera por la comisura de los labios. A su vez, la mezcla de semen y flujo que salía de su coño pringaba los muslos de Miguel. Los hombres salieron del interior de la mujer que quedó exhausta en el sofá. Tumbada boca arriba, desnuda, se acariciaba las tetas intentando recuperar el aliento. Sentía como latía su clítoris por el orgasmo y como sus pezones seguían endurecidos por el morbo de la situación. Se encontraba totalmente expuesta a cuatro maduros desconocidos, en el bar de uno de ellos a altas horas de la madrugada cuando uno de ellos, Miguel, anunció que se marchaba. Su mujer le esperaba. Ana se puso de pie y se acercó a la barra. Sin ningún pudor exhibió su desnudez ante los tres maduros que quedaban. Hans le dio un beso y le ofreció uno de los chupitos de Jack Daniel´s que Kiko había vuelto a servir. Se lo bebió de un trago. Tony encendió un porro de marihuana y ...
... tras darle una calada se lo ofreció a la chica que no dudó en cogerlo entre sus dedos y llevárselo a la boca. La médica se encontraba como en una nube. Kiko salió de la barra y se acercó por detrás a ella. Con los primeros acordes de Aves de Paso de Sabina, Ana comenzó a moverse lentamente con el porro en la mano y los ojos cerrados. El dueño del bar se pegó a ella y le acarició el cuerpo desnudo: A las peligrosas rubias de bote Que en el relicario de sus escotes Perfumaron mi juventud Al milagro de los besos robados Que en el diccionario de mis pecados Guardaron su pétalo azul A la impúdica niñera madura… El hombre buscó los labios de la chica y se mordieron las bocas. Ella comenzó a desnudarle mientras él le comía las tetas de manera lasciva. Poco a poco se fueron acercando al sofá: Al niño que fui espabiló A la flor de lis de las peluqueras Que me trajo el tren de la primavera Y el tren Del invierno me arrebató A las flores de un día Que no duraban Que no dolían Que te besaban Que se perdían Damas de noche Que en el asiento de atrás de un coche No preguntaban Si las querías Aves de paso… Ana se sentó en el filo del sofá y bajó de un tiró el pantalón de Kiko. Ante ella saltó como un resorte una polla de tamaño desproporcionado: -Joder, vaya pollón. Acertó a decir con los ojos muy abiertos. Desde la barra Hans y Tony rieron. La médica intentaba medir el calibre del miembro de Kiko abarcándolo con ...