1. Adúltera


    Fecha: 10/12/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... de que sí que lo era. Ahora tengo mis dudas. Le sonrío, me disculpo y salgo del coche para orinar.
    
    Siempre me ha dado reparo hacerlo en plena naturaleza, ya que los bichos son capaces de colarse sin permiso allí donde no deben. Ahora, con la negrura de la noche, la sensación es más acuciante, pero necesito orinar.
    
    Mientras estoy en cuclillas haciendo mis necesidades hago balance de lo que acaba de ocurrir. Nunca le había puesto los cuernos a mi marido antes, aun cuando ocasiones no me hayan faltado. ¿Por qué ahora, si todo en mi vida está en orden? Quizás ha sido un exceso de alcohol. Quiero pensar que es eso en aras de aliviar mi conciencia, pero la realidad es que en todo momento he estado sobria y sabía lo que hacía, con el agravante de que también ha sido el mejor polvo en años.
    
    Las cosas pasan y ya está. No hay por qué darle más vueltas. Qué sencillo es decirlo, pero qué difícil creerlo y más aún encajarlo. Los remordimientos empiezan a aguijonearme la moral al tiempo que riego los matojos del monte.
    
    Estoy segura de que el juicio de valor que está haciendo el joven de este episodio no es el mismo que hago yo. Para él, el hecho de follarse a la madre de su amigo es como un regalo caído del cielo, y probablemente sea lo más morboso que ha hecho hasta la fecha. Para mí también lo ha sido, lo admito, aunque los puntos de vista difieren bastante.
    
    Fue mi hijo quien provocó ésta situación. ¿O es que quiero culparlo a él por mi felonía? ¿Tan mezquina soy? ...
    ... ¿Autojustificarme para exonerarme? Pero es cierto que fue él quien insistió para que saliéramos asegurando que también tenía derecho a pasármelo bien y no tener que quedarme sola en casa mientras mi marido estaba fuera promocionando su libro. Eso es lo que pasó. Dijo que cambiar de aires y tomar unas copas con ellos me vendría bien. Después, el rumbo de la noche viró por sendas más arriesgadas. El hecho de encontrar a su antigua novia cambió sus planes, de tal manera que para él era una ocasión que no quería desaprovechar, por lo que le pidió a su amigo Izan que me acompañara a fin de que yo no tuviera que regresar sola a casa.
    
    Tomamos otra copa y ambos fuimos conscientes de la química que nos envolvía. Yo no soy tan lanzada, y probablemente nunca me habría aventurado en semejante insensatez, en cambio, él no se anduvo con remilgos. Lo tenía claro cuando su amigo me sentó en su bandeja de plata.
    
    Es un muchacho de veintitrés años que haría feliz a cualquier jovencita de su edad, pero me ha confesado que son las mujeres maduras las que le ponen. Me siento halagada por seguir despertando pasiones entre los jóvenes pese a mis cuarenta y nueve años, y aunque en un primer momento esa espontaneidad activa mis mecanismos de defensa, sabedora de lo que lleva en mente, mi blindaje se viene abajo cuando noto que estoy completamente empapada deseando lanzarme al abismo. Es joven, pero no un niñato descerebrado. Tiene una personalidad que me atrapa y que hace que la conversación fluya sola, ...
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