La mamá de Joaquín, Cap 4
Fecha: 11/12/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... Andrea.
La mina quedó zarpada en agitada. Su pelo se había despeinado. Su boca estaba húmeda. Me quedó mirando con una cara de agradecida y preocupada a la vez. Se notaba que todavía estaba zarpada en confundida. Y ahora que había desahogado su calentura, con la cabeza más fría, le empezó a caer la ficha.
No le di tiempo de que se arrepienta, ni de que me diga alguna boludez. La agarré del hombro y la puse de rodillas.
Abrió el cierre del pantalón y sacó su pija, poniéndomela frente a la cara. Ya había largado mucho presemen. Tenía olor a sexo y a transpiración. No era larga, pero sí muy gruesa. Estaba atravesada por venas que, al igual que sus brazos, reflejaban una increíble potencia. Tanto en la pelvis como en sus testículos había un montón de vello enmarañado. Me agarró del pelo, y me tironeó para acercarme más a su sexo. Mis labios hicieron contacto con el glande. Abrí la boca y él aprovechó para introducir un buen pedazo del tronco.
La agarré de las orejas y se la mandé hasta el fondo. Al ratito me golpeó la pierna para que se la saque. Se la hice comer un rato más hasta que empezó a lagrimear.
—Despacito, pendejo. —me dijo, tosiendo.
—Dale, chupámela. Dame la mejor chupada de tu vida.
Andrea me agarró la verga. Me miró y me guiñó el ojo. Eso me volvió más loco de lo que estaba.
—No dejes de mirarme mamasa.
Lamí la cabeza. Pitu se mordió el labio y largó un gemido. Acaricié las bolas peludas con las uñas. No entendía por qué quería que lo ...
... mirara mientras se la chupaba, pero le di el gusto. Masajeé su tronco mientras me llevaba su falo a la boca. Mi lengua saboreó el fluido que ya despedía la cabeza. Lo introduje una y otra vez adentro mío, viendo, con deleite, como se transformaba su cara, principalmente cuando mi lengua masajeaba el prepucio. Cada tanto le guiñaba el ojo, y él se frotaba los labios con la lengua.
Era zarpada en buena la manera en que la mamá de Joaco la chupaba. De repente se concentraba en la cabeza y me generaba una sensación refuerte. Casi como que dolía, pero estaba rebueno. No la tenía a esa, y eso que me creía con mucha experiencia. La turra me miraba con esos ojos preciosos y me los guiñaba. No aguantaba más. Con semejante peteada, y con semejante bombón, ahí, arrodillada, devorando mi verga. Empecé a sacudir la pija en su cara.
—¿Vas a acabar? Dejame que te ayude. —le dije.
Empecé a masturbarlo. Apunté a mi cara. Me imaginaba que eso era lo que quería. Ver mi cara bañada con su leche. Y yo también lo quería. Quería sentir el líquido pegajoso y caliente en mi rostro.
Me pajeó de lo lindo. Como miraba la pija en vez de mirarme a mí, la agarré de la pera y le levanté la cabeza. Ella se rió mientras seguía pajeando. Una puta divina la Andrea. Le largué tres chorros bien espesos en su geta. Estaba hermosa. Como para hacer un dibujo de ella. La leche quedó en sus pómulos y sus labios. Me hubiese gustado que abra la boca y se la trague toda, pero no le quise romper las bolas. ...