1. El comienzo de una relación en Shangai con mi hijo


    Fecha: 14/10/2018, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... chino sólo agachaba la cabeza y repetía “xié –xié”, parecía que no entendía nada, pero nos indicaba con sus manos que lo sigamos. No nos quedaba otra cosa que hacer caso y seguirlo.
    
    Salimos afuera del aeropuerto y nos guía hacia una pequeña furgoneta, muy despintada, y nos indicaba que nos llevaría con Wang. Yo tenía conmigo el equipaje de mano, una especie de maletín de cuero con papeles y una laptop.
    
    La elevada temperatura afuera era infernal, era como golpear contra una barrera, fue la sensación que sentí cuando estaba por subir al vehículo. Subimos y nos comentó algo, que Matías no comprendió.
    
    -¿Qué dijo?
    
    -No es mandarín, no entiendo nada, es un dialecto muy diferente
    
    -Espero que cuando lleguemos Wang pueda entendernos, creo que habla inglés.
    
    El calor era insoportable en la furgoneta, no tenía aire acondicionado, yo estaba empapada en sudor, sentía el sudor caer por mi espalda y deslizarse por la raya de mi culo. De los majestuosos edificios cercanos al aeropuerto pasamos edificios más bajos y antiguos. Lo que no menguaba era la cantidad de personas que había por las calles, una marea humana. Mis pantys, que a su vez eran mi única muestra, estaban empapadas. Ya llevábamos como una hora de viaje hasta Jiading y no soportaba más estar sentada, yo iba en el asiento trasero, y me aliviaba abriendo las piernas para que entre un poco de aire o poniéndome de costado, el ardor que tenía en el ano era insoportable, me picaba y no podía rascarme, sólo tuve ...
    ... oportunidad en el baño del avión, era una molestia espantosa.
    
    Llegamos a la empresa de Wang, yo imaginaba que era como a las que estaba acostumbrada en mi país, pero no, no tenía las dimensiones que pensaba o por lo menos por la producción que me garantizaba cuando conversábamos por mail. Pero ya estábamos ahí a miles de kilómetros de casa y tendría que cerrar un trato o por lo menos intentarlo.
    
    Por fin sale a nuestro encuentro Wang, lo reconocí enseguida por la ropa que llevaba puesta, era la misma que vi en una foto que me mando por mail. A un costado suyo se encontraba una niña casi adolecente, supuse que sería la hija. Nos arrimamos y le estrecho la mano a Wang. Él también lo hace y agacha su cabeza con una reverencia, una actitud de cortesía, yo le respondo de la misma forma. Le estrecha la mano a mi hijo con la misma educación. Mi hijo lo saluda en mandarín, Wang responde con otra reverencia pero en este caso contesta la niña.
    
    -Hello.
    
    Yo le respondo a la niña y ella le traduce al que parece ser el padre. Mi hijo trata de entablar un dialogo con Wang, pero le fue imposible, no hablaba mandarín, la interprete sería la niña.
    
    Ella hablaba un inglés muy básico, nos dijo que se llamaba Li y nos confirmó que era su hija. Ahí me di cuenta que la conversación que tuve con el padre fue con ayuda de Li. Pensé que el negocio estaba perdido, pero ya estábamos en el baile.
    
    Entramos a la empresa y nos recibieron sus empleados con reverencias y alistados en el pasillo de ...
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