1. Fantasía en tres actos (2)


    Fecha: 28/12/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Vaquita, Fuente: CuentoRelatos

    ... antes hacía su mano. En ese momento se estacionó un auto junto al de él y tuvimos que separarnos. Echó el auto hacia atrás para salir y nos perdimos de las posibles vistas indiscretas.
    
    Nos metimos por la carretera libre a Cuernavaca, yo seguía acariciándole el falo. Tomó la lateral y entramos a un motel llamado Hol-ha. En la caseta Mario pidió una habitación sencilla, la más económica, pues las más caras, con alberca grande, costaban seis veces más.
    
    –Al fin que sólo estaremos un par de horas, pero sí nadaré en tu cuerpo, a ver si no me ahogo en esas tetazas que tienes –me dijo divertido.
    
    Nos señalaron el trayecto y entramos en una de las villas. La puerta se cerró y bajamos del auto. Subimos las escaleras y, al instante de entrar nos besamos con mucho deseo. Nos fuimos quitando la ropa el uno al otro besando y lamiendo cada centímetro de piel que quedaba libre. El sofá quedó cubierto con nuestra ropa alternando las prendas de uno sobre la otra. Lo último fueron mis pantaletas que quedaron sobre su trusa. ¡Al fin probaría un hombre distinto al de todos los días! Aún no sabía lo que me esperaba, pero yo me lo quería tirar para vencer todos mis traumas y prejuicios de un solo golpe. Encuerada me acostó en la cama y subiéndose en mí me besó en la boca y puso una mano en cada masa coronada por un pezón hecho piedra. Instintivamente, abrí las piernas y sus huevos resbalaron en mis muslos. Tomé su pene y lo dirigí a mi raja que estaba hecha agua. Mario me penetró de golpe ...
    ... pues el falo resbaló en la hendidura sumamente lubricada y se puso a mamar mientras se movía en el mete y saca.
    
    –¡Así, papacito, ya me estoy viniendo, no pares! –grité y seguramente me escucharon en las villas contiguas.
    
    Mario se movió más rápido y yo sentí muchos orgasmos seguidos, ¡Nunca me había ocurrido! seguí gritando, le dije “¡Mario puto, cógete mucho a esta puta chichona!”, yo estaba al punto del desmayo y no se detuvo hasta que sentí su fuego dentro de mí. Mario gimió y me apretó el pecho con mucha fuerza para lanzar el último chorro de la eyaculación. Sólo escuchábamos retumbar el corazón en nuestros pechos y los ruidos de las bocanadas de aire que tomábamos, así como los resoplidos al expelerlo.
    
    La vista se me nubló por la hiperventilación y me incliné para que su cuerpo cayera a la cama y pudiera yo respirar libremente. Sentí algo de frío cuando se evaporó el sudor que me cubría desde el pecho hasta las piernas. Volteé a ver a Mario para decirle “Gracias, lástima que ya no puedas preñarme porque sería una excelente culminación” y lo vi cubierto de sudor que le escurría en la cara, el pecho y el abdomen, estaba con sus ojos cerrados y seguía respirando sonoramente, pero agarrado de una de mis chiches.
    
    Sentí escurrir desde mi panocha hasta mis nalgas el semen de Mario. Con una mano tomé lo más que pude y me lo metí a la boca. Me supo más rico que el de mi marido, quizá porque ya estaba revuelto con mis jugos.
    
    –¿Cómo te sientes, garañón? –le pregunté a ...