1. Una madura con ganas


    Fecha: 29/12/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... miembro con mayor vigor. Su pene, entonces, creció y se endureció, lo cual alentó a mi esposa a despojarse de su pequeño panty y sentarse sobre él.
    
    La vista de su pene penetrando al interior del cuerpo de mi mujer disparó la virilidad de nuestro invitado que, incitado por el accionar de ella, empezó a empujar y empujar dentro de su concha. Ella respondía en reacción a los movimientos masculinos, apoyando sus brazos en los hombros de este. La fricción de los sexos pronto generó consecuencias, porque mi esposa empezó a mover sus caderas en forma circular, procurándose quién sabe qué sensaciones placenteras conforme avanzaba el contacto entre sus cuerpos. Pasados unos minutos ella decidió cambiar la posición, colocándose ahora de espaldas a él, insertando nuevamente el pene en su vagina.
    
    Y así, con las nalgas de ella expuesta a su vista, Carlos Alberto, más animado, la tomó por sus caderas y empezó a atraerla y alejarla, determinando la cadencia con la que su pene entraba y salía del cuerpo de la hembra. Sin embargo, el hecho de estar vestido, no lo tenía muy cómodo, de modo que, tal vez sintiendo que la excitación subía, le dijo ¡espera! Mi esposa preguntó ¿Qué pasó? Nada, dijo él, quiero quitarme esta ropa. La acción se interrumpió, y él se levantó de inmediato, desnudándose con inusitada rapidez.
    
    Laura se tumbó de espaldas sobre la cama, con sus piernas abiertas, esperando recibirle de nuevo. Cuando él finalmente se despojó de toda su ropa y quedó completamente ...
    ... desnudo, ahí si la atacó a ella con agilidad, subiéndose a la cama y montándola sin tardanza. Insertó con premura su pene en la vagina de mi esposa y, ahora sí, sintiéndose con más libertad, empezó a juguetear con ella a entera disposición. En principio empezó a contorsionar su cuerpo sobre el de ella mientras, rítmicamente, metía y sacaba su pene. Ella, conforme se incrementaba el ritmo de las embestidas, levantó sus piernas, agarró las nalgas de su hombre y empezó a presionar su cadera contra el cuerpo de aquel.
    
    El incremento de la excitación pronto hizo que ella estirara sus brazos hacia atrás y se entregara a las sensaciones que experimentaba, mientras Carlos Alberto procuraba hacer su trabajo con esmero y propiciarse su propio orgasmo. De un momento a otro se incorporó, colocándose de rodillas, sin dejar de bombear en la vagina de mi expectante esposa, quien seguía reaccionando a los embates del macho. El subió la velocidad y se le veía agresivo, insertando el pene dentro de ella, muy profundo, manipulando con sus manos las piernas de mi mujer. Este movimiento pareció surtir efecto, porque ella pareció sentir algo muy intenso, aunque no lo expresó como acostumbra hacerlo en otros encuentros.
    
    El macho aún no había llegado a la cúspide de sus sensaciones, de modo que la hizo poner a ella, boca abajo, y volvió a acceder a ella desde atrás, permaneciendo ambos tendidos sobre la cama. Ella, tal vez no se sintió a gusto en esa posición, por lo cual se colocó de rodillas, en ...
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